viernes, 29 de diciembre de 2017

Voluntad de Yerro 5




º Herrar es humano.
  (Antiguo proverbio equino)

º El Amor es pura ciencia fricción.

º Los ángeles del cielo practican el sexo coral.

º Sé disciplinado: hay que atacar las reglas.

º Te amo tonto, que por eso me ves tanteando por ahí.

º Me arrojé al vacío pero ya estaba lleno.

º Mucho gusto en conocerla ¿podemos tuitearnos?

º Comer todo ese ceviche fue en verdad toda una ingesta heroica.

º Quise dar la cara pero al final di la barata.

º Si quieres que te explique el mito de Narciso cuenta conmiego.


º La Biblia es una redacción al absurdo. Lo prueba san Próculo, guerrero y mártir crucificado cuyo nombre fue un error de reducción: san Proculito.

º Mi sueño es tener algún día un negocio pro opio.

º Como todo médico, hice mi juramento de Hipócritas.

º Hay que intentar lo más absurdo para lograr lo impasible.

º Me fui navegando a lo largo de la costra.

º En el campamento nos vimos atacados por una plaga de incestos.

º Llegó tarde al curso de redacción por un problema de sin taxis.

º Al toparse con la Muerte quedó esputrefacto.

º En su momento, Jack el Destripador fue considerado un sujeto violador no identificado.

º Estoy loco por ti por eso te hablo a lo ido.

º "Sé realista", me aconsejó mi amiguito imaginario.

º Todos en la oficina tienen acsexo por esfínternet.




martes, 26 de diciembre de 2017

Exposición de un Coleccionista 7 (Circular nº 1)

Plagio es la primera palabra que se te ocurre. Aunque después de muchos esfuerzos se ha demostrado que esta obra de Oliver Mosset es una falsificación de Pi por radio al cuadrado de un geómetra ancestral de Dios sabe cuál civilización, yo la guardo en mi colección con mucho cariño. Algunos aseguran que la réplica es superior a la producción original. La adquirí en una subasta neoyorquina (tras pujas en extremo reñidas) por una cantidad que no pienso revelar. Se diría que es una obra radical: la raíz del despropósito.
La maestría en el manejo del compás es innegable (puede verificarse con un transportador); tales precisiones euclidianas no se ven tan a menudo. Su redondez tiene una gran cantidad de significantes: puede tratarse del círculo polar, de un círculo secreto, un círculo de empresarios, un círculo de tiza o como aseguran algunos, un círculo giratorio. Yo prefiero pensar en un círculo de amistades muy unido.
Sea lo que sea, el cuadro revela una inventiva e imaginación apabullantes que prueban que el arte pictórico, en efecto, requiere talento y mucha dedicación. Nada de trazos fortuitos o arranques de inspiración bohemia: arte puro. Tampoco se trata de esa "libertad artística" tan cacareada y de tan alta estima desde el punto de vista mercantil. Es toda una andadura espiritual y estética que acapara la proyección de lo Uno y de lo Otro con efervescencia del espacio tratando de reflejar un "no-se-sabe-qué" en el sentido iconográfico del término dentro del mecanismo mental del autor desde una perspectiva histórico-crítica más lo que se acumule durante la semana. Ustedes me entienden.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Vericuentos 15 (Licencia para matar a un personaje)



Entiéndeme bien, escritorzuelo: quiero que en la próxima página a más tardar acabes con ese personaje que me ha amargado la vida y a quien odio tanto. No me importa cómo lo consigas ni que esto parezca un conjuro. Haz que se atragante y muera de asfixia cuando la mujer que amo le haga probar mi receta favorita pero cocinada para él. Que agonice lentamente por la picadura de un alacrán escondido en las botas que me robó. Ponlo a correr por las calles para que resbale al pisar mierda de perro callejero y se rompa la cabeza. Que sufra un infarto mientras se carcajea ante mi foto nupcial. Sería estupendo que fuera la víctima inaugural de una novela detectivesca sobre un asesino serial en ciernes, empujado al crimen por la infidelidad de su novia. Nada más alentador que saberlo cadáver putrefacto en un relato sobre un mosquito epidémico asolando una isla tropical. Apela a tu imaginación para una muerte innovadora inyectándole tinta en las venas. Me regocijaría leer con todos los detalles, un pasaje en el que una congestión alcohólica lo despachara al otro mundo, no sin antes pasar por un bello estado de coma. Que  lo castraran las puertas de un elevador al cerrarse y muriera por una hemorragia idéntica a tu verborrea. Regálale un ejemplar del Kamasutra infectado con esporas de ántrax en cada capítulo, o un cachorrito chihuahueño lleno de pulgas con peste bubónica. Haz que lo aplaste una avalancha de tus obras completas e inéditas. Inspírate para que lo linchen todos los plagios que abundan en tus textos. Piensa en este genial golpe creador: que los errores ortográficos de mi mujer lo fulminen de vergüenza ajena.

Que se suicide ahorcándose con el cabello de su amante y esposa mía. Acaba con él. Elimínalo. No me importa cómo lo hagas: bórralo de la trama.

viernes, 1 de diciembre de 2017

Homo Lectoris 12 (Lectura Íntima - Roma)


Fue en Roma, al final de la república, cuando cobró auge la "lectura íntima". Tanto de estudio como de entretenimiento. El disfrute de los libros a puerta cerrada, en privado. Lectura por placer y de consulta profesional. 
No obstante, el leer con fines recreativos fue adquiriendo nuevos adeptos. Un público que sin ser intelectual o erudito (tampoco era inculto) acudía a las bibliotecas de gente rica para quienes el acopio de volúmenes era señal de distinción, o bien, un botín digno de un encubierto alarde. Al mismo tiempo, se llevaron a cabo grandes esfuerzos por alfabetizar a la población y lectores bisoños daban rienda suelta a su recién adquirida habilidad buscando libros de todo tipo: dramas, cocina, consejos para vivir, jardinería, religión, cosmética, literatura; en fin, lo mismo de hoy. La misma queja de siempre: demasiados libros. Aunque para muchos fueran un elemento decorativo (igual que ahora), no significa que no hubiese, aunque fuera una minoría, lectores entusiastas y aplicados que iban más allá de lo ornamental.
Los textos de historia tenían mucha demanda, en ellos se entremezclaban los hechos reales y los mitos. Los de filosofía eran coto de un público más reducido y especializado. Dominio de aquellos que consideraban el acto de "pensar" como algo concupiscente y a la vez divino: calistenia epicúrea.

Coexistían la lectura silenciosa y en voz alta. Hay que tener en cuenta que para los romanos la oratoria fue muy importante. Se prestaba gran atención a las pausas, al tono, énfasis, la viveza o lentitud de las frases. Los caracteres debían abandonar su naturaleza incolora y neutra. Dar vida a un pasaje con voz y ademanes era tan primordial como escribirlo. Sin embargo, poco a poco la lectura interiorizada y silente se fue extendiendo. Así cada quien eligió sus textos según sus confidenciales preferencias.
Cada quien dando vueltas, solo, en el patio de su propio manicomio.

martes, 28 de noviembre de 2017

Ensayo individual sin vestuario (Hoy)

Siempre le he tenido recelo a la frase Vive el hoy como si fuera tu último día y a todas sus variantes. Me parece un ardid retórico. Un eslogan de los que preconizan Vivir el momento y de quienes son presuntos eruditos en grandes verdades. Hoy, ahora, ya, ahorita. Carpe Diem. Si la memoria no me falla, la moraleja en la fábula de la hormiga y la cigarra era sin duda lo opuesto.
Hagamos una pausa. Al fin y al cabo, de ser hoy mi último día tanto si lo supiera como si no es difícil que hiciese algo extraordinario. Imagínense vivir con la consigna de hacer algo excitante o trascendental cada vez que uno abre los ojos por la mañana. Acaso para muchos o algunos la mejor manera de gozar el hoy postrero sea no hacer nada. No ponerse filosófico. No obtener, mucho menos propagar conclusiones o enseñanzas. No inquietar o aburrir al prójimo con adioses emotivos teñidos de una gratitud extemporánea o redundante; mucho menos decirle lo que debe hacer con su incanjeable presente.
Vive el hoy... es casi una tautología. Un remedo de moraleja proferida por un iluminado espurio. Un arrebato propio de los espíritus eufóricos. Como esas revelaciones "profundas" que proliferan en los libros de superación personal que de tanto repetirlas aunque sea con palabras distintas ya no expresan nada.
Pobrecito del ayer, tan denigrado, tan sin prestigio. Harapiento, sin que nadie le haga caso, por la calle repite su pregón embustero: Todo tiempo pasado fue mejor. Los hoyistas y los futuristas no le tienen mucho respeto a pesar de que lo usan como bastón, como catapulta. Su facha espectral desagrada a la juventud.
Y el futuro, con su camisa limpia y almidonada procura animar a los descorazonados: Mañana será otro día. No importa que el porvenir se vislumbre vetusto. Aunque los agoreros lo manoseen no abandona su aire virginal.
¿Y si los físicos tuvieran razón y pasado, presente y futuro fueran meras ilusiones?
Vivir como si no hubiese mañana. El problema es que con semejante proceder el tiempo aparenta ser más raudo y las horas no pueden ingerirse a cucharaditas. Un duro contraste cuando evocamos las noches en vela, las jornadas interminables en que el reloj volvíase pachorrudo hasta la exasperación. Hay que tener paciencia con el tiempo. El hoy se ocupa sólo de sí.
Está claro que quienes tienen un presente adverso, quizá no lo sobrevivirían de no ser por la expectativa de un futuro "menos peor". Y aunque es irrebatible que el mañana puede no llegar, el intuir su lejano contorno resulta esperanzador (a veces) pese a su remotidad.

Tal vez no exista Dios ni el futuro esté a cargo de los astros o la baraja pero... ¿y el Azar? ¿Ese duende voluble que con un estornudo puede apagar las velitas del pastel? ¿Ese gnomo refunfuñón que puede echar por tierra los planes y los planos de los arquitectos de su destino? Si bien el hoy es todo cuanto tenemos, casi nadie deja de flirtear con el mañana. La subsistencia del ser humano ha tenido lugar gracias a su instinto previsor. Vivir el hoy como si fuera el último día, por más entusiasmo que se le ponga, no deja de tener su lado dramático, no erradica el cariz espeluznante de la ocasión. Por otra parte, no todos quieren una existencia continua al borde del desfiladero, no todo el mundo encuentra estimulante el dejarse llevar por las emociones límite. Aunque en un solo día pueden experimentarse todos los matices del corazón, hay personas que no buscan las piruetas anímicas. Hay gente que prefiere un día terminal que sea plácido, reflexivo y ascético. Tener un día en paz no es poca cosa. Acaso sea mucho pedir.

martes, 21 de noviembre de 2017

Exposición de un Coleccionista 6 (En un lugar de la Mancha... de tinta)



Una obra que —valga la coincidencia— ha hecho correr mucha tinta entre los críticos. Más tinta que la empleada aquí  para realizar tan admirable pieza maestra. El nº 6 en mi catálogo personal y uno de mis mayores orgullos. De autor anónimo, esta joya fue comprada a la Fundación Blackshit en cinco millones de euros; con anterioridad perteneció al acervo del barón Mebieronlakara. Los organizadores de museos y galerías tuvieron dificultad para decidir si colgar el cuadro o llamar al personal de limpieza con su más potente desmanchador.
Pero el público la aceptó de inmediato. Hubo necesidad de reglamentar el tiempo de estadía de los visitantes. No fueron pocos los que acudieron con una lupa para apreciar hasta el más mínimo detalle, lo cual se convirtió en moda, en un gesto casi obligatorio para juzgar el arte. 
Un académico resaltó "su calidad simbólica de una inspiración metafísica llena de sutiles toques urbanos". Una reseña del groenlandés Járnsaxa puso en alto "el dominio técnico de innegable tradición dentro de la escuela flamenca propio de las mejores telas"; ¡ejem!... de las mejores telas para la confección de vestidos carnavalescos y t shirts de adolescentes confundidos. Otro especialista fue más enigmático: "reflexión especular del mundo putrefacto en que habitamos. Una advertencia moral de un profundo tremendismo".
Podemos afirmar que todas las corrientes pictóricas europeas y tendencias vanguardistas americanas se encuentran representadas en los estrechos y, a la vez, monumentales límites de este cuadro. Alarde de perspectiva tanto espacial como temporal; sobre todo eso: temporal. Una postura radical si nos atenemos a la semántica: raíz del disparate.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Yantar de Gesta 10 (El postre de Cleopatra)



He ordenado a mi doncel principal el postre que me convierte de nuevo en niña: dulce de coccora*. No hay en todo Egipto lo juro por Isis— confitura que se le compare. El jefe de cocina tiene instrucciones de no apartarse en los más mínimo de la receta bajo pena de morir envenenado por un áspid. Yo misma le he instruido en el arte de elegir los ingredientes: harina de trigo, nueces picadas, higos secos y miel de abeja. Así de escueta es la lista.
Primero hay que mezclar 200 gr. de harina con agua (del Nilo y ya una vez pura) para obtener una masa de mediana consistencia; algo así como el vientre de una gata preñada. Después se agregan 200 gr. de higos secos cortados en partes muy pequeñas junto con las nueces picadas sin que lleguen a partículas porque después se incrustan entre los dientes. Con todo el amasijo se hacen bollitos lo más esféricos posible y más o menos del ancho de mi nariz. Sí, mi nariz ya mítica; después de todo, el olfato es el sentido que tiene más relieve a la hora de la degustación.
Los bollitos se hornean durante diez minutos. Una vez cocidos se bañan en miel de abeja previamente hervida con el mismo fervor que la arena del desierto del Sahara. Por último, se espolvorea encima semillas de granada como un toque regio y... ¡a paladear! Después de morir quiero comer esta delicia una y otra vez. No me importa que en el Más Allá los dedos me queden pegajosos.

* Nombre antiguo de las semilla de granada.






miércoles, 15 de noviembre de 2017

Ojos de Pacún



de pacún tu mirada
vasta y oscura

º
dos: ambos, mutuos
testigos oculares
uno del otro

º
río en tus ojos
donde hurto dos guijarros
de buena suerte

º
asoman bajo
el arco de tus cejas
luceros brunos

º 
llenos de furia
me sugieren cautela
tus ígneos iris


º 
ver es tu oficio
con intención curiosa
paisajes raros




º
leo en tus ojos
pronóstico del tiempo:
fuerte tormenta

º
cual un espejo
me retratan tus ojos
no muy exacto

º
cual vagabundo
me pierdo en los pasillos
de tus pupilas

º
dardo en tus ojos
mi corazón se torna
ave abatida

º
en tu mirada
el fulgor de lo oscuro
sin darte cuenta

º
olas inquietas
la marea en tus ojos
luego la calma

º
hago señales
a tus ojos errantes:
ese-o-ese [s.o.s]




sábado, 11 de noviembre de 2017

Exposición de un Coleccionista 5 (Cubismo o "El dado discreto")


El cuadro de esta ocasión es una obra de arte (no se rían). La cima del cubismo firmada por un jugador famoso de Las Vegas y fanático del café con azúcar, Juan Echaeldado, responsable de la bancarrota de múltiples casinos. Valorada en un millón de euros, el título de tan magna creación es "El dado discreto" aunque los críticos prefieren llamarla "La casa pierde". Derrocha buen gusto e indiferencia social. Es merecedora de los museos y galerías con más prestigio. Como se ha cotizado a un precio tan alto en las subastas, forzosamente tiene que ser arte y sus valores estéticos no pueden quedar en entredicho. La maniobra sutil de manipular el sombreado gris es de una exquisitez fuera de este mundo. La maestría con que se ha prescindido de los puntitos negros es todo un golpe de ingenio. También un golpe al cerebro para erradicar la inteligencia. Se requiere no saber arte para ser artista. Hay talento, no cabe duda; recóndito, muy escondido en alguna parte pero lo hay. El talento estriba en no tenerlo.
También hay técnica, sólo que está oculta en el juego de la muñeca a la hora de lanzar el dado.
Aunque... pensándolo bien, no es la imagen sino el concepto y las posibilidades decorativas lo que atrae al degustador artístico.
Aunque... pensándolo otra vez, tampoco es eso. Lo que importa es que la obra no toque el corazón ni el cerebro.
Lo primordial es que sea considerado cultura.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Pestañeos




º
tras tu mentira
tu cómplice me he vuelto
mediante un guiño

º
cambia mi rumbo
la minúscula brisa
de tus pestañas

º
conjuro contra
 espíritus malignos
tus ojos brujos

º
con tus pestañas
el filósofo mide
el infinito

º
raudos eclipses
en cada pestañeo:
tu tic nervioso

º
aun distraída
tu cándida mirada
fuente es de estragos

º
el amor vino
como tu pestañeo
pero más ágil

º
en tu pupila
una mota de polvo
y un lagrimeo

º
con pestañeos
la aparición confirmas
si es falsa o cierta

º
a medianoche
un farol parpadeante
causa de sueño

º
la noche imita
las municiones negras
de tu mirada

º
haiku sin tacha
ni crítica posible
son tus pestañas

Plinio El Viejo aseveraba: "Las pestañas se caen por la excesiva actividad sexual y es especialmente importante para la mujer conservar sus pestañas largas para probar su castidadEso explica el afán por las pestañas postizas o bien, el ritual de alargárselas con un pigmento negro, pero sobre todo la escasa pilosidad en las pestañas de la mujer contemporánea¨.


viernes, 27 de octubre de 2017

Manual de Botánica 3 (Bambú)



Se propaga como epidemia y en todo su interior hay vacío: es el estuche de la nada; pero puede convertirse en corral o balsa. En vaso para tu vino, en tu radiante columpio, en tu sillón predilecto. En las persianas de tu sacra morada. Es asunto frecuente del haikú. Úsalo para espantar a los malos espíritus. No desdeñes las notas musicales de su flauta mágica ni la cuchara para la sopa nutricia ni el chasen para tu aromático té. Practica su mística del viento. Puede convertirse en tu escalera grande o en otra chiquita, en el petate para tu sueño reparador. En el cálamo, la poética pluma para tu caligrafía. El papel para tus cartas de amor o tu nota suicida. Tu talismán infalible. Puede ser la conciencia tranquila de tu farsa ecológica. La bienaventuranza o la peor pesadilla de tu jardín.

Se disemina cual plaga
el pletórico bambú,
es anfitrión del haikú
y al crecer no se rezaga.
Su fragancia es algo vaga
y es de índole invasora,
desestabilizadora
de otras especies vecinas
mas en sus verdes cortinas
muchos usos atesora.






domingo, 15 de octubre de 2017

Yantar de Gesta 9 (La dieta de Gandhi)



Ocurre que me canso de los dátiles, los plátanos y los frutos secos. Ya me fatigan las semillas y los granos, los tubérculos y las raíces. No soy un rumiante, por algo tengo premolares, molares, caninos e incisivos. No mastico con movimientos rotatorios como si fuera una vaca o un camello. Mis mandíbulas están diseñadas para una dieta diferente. Cuando nadie me ve, dejo a un lado el jugo de limón y las naranjas. Admito que el ascetismo me aburre a menudo. Es muy duro sobrellevar a un mismo tiempo el vegetarianismo y el celibato.  Me apetece un buen corte de carne roja para asar y así consentir un poco a los jugos gástricos de mi organismo: un bistec, un filete o unas costillas de res; como mínimo con un centímetro de espesor. Es el momento de extraer de de mi túnica un saquito de sal que llevo escondido y que obtuve de un depósito de baja profundidad en el mar. Ahora que nos hemos liberado del yugo de la Gran Bretaña no tendría inconveniente en aderezar el corte de carne con un poco de salsa inglesa (1/4 de taza sería suficiente). Después una cucharadita de mostaza y una pizca de pimienta bien molida.
Indispensable tallar la parrilla del asador con la mitad de una cebolla. Evitar encender el carbón con gasolina. Lo mejor son trocitos de madera resinosa, es más lento y ello solivianta el apetito. Durante la espera, mientras las brasas están a punto, no viene mal un poco de chorizo español. Durante la cocción de la carne sugiero darle la vuelta al corte sólo una vez. A mí me gusta acompañar el manjar con una grata cerveza fría, oscura de preferencia.

viernes, 6 de octubre de 2017

Convicción



Tú cree. Con candidez o la terquedad de una piedra. Con desorientación o con descuido. Hasta con hipocresía. Cree en los labios sellados por un juramento, en el secreto llevado a la tumba. En la mano puesta a la izquierda del pecho aunque el corazón esté en el centro. Cree en la saliva vaporosa del silencio, en la discreción de la desnudez, en los pálpitos de la oscuridad, en la armonía de las cosas inmóviles. No dejes de darle tu voto de confianza a la retórica del espejismo. Cree en la omnipotencia de un "tal vez". Haz cualquier cosa por gustarle a tu creencia, incluso fingirle que le guardas fidelidad, que es tu única salvación. Tú cree.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Travesía




El camino es sinuoso y
sin vegetación a la vera.
No hay señales que indiquen la distancia
o las condiciones de la ruta
mas debo proseguir.
Me faltan las fuerzas,
el sol ha quemado mi piel
y penetra hasta mi sombra,
si al menos una que otra nube bienhechora
obstruyera los martirizadores rayos;
mi cantimplora se agota y
no hay un arroyo a la vista
fluyendo en forma moribunda.
Mi última ración de comida
la devoré leguas atrás,
si al menos encontrara
el bulbo de una planta o un cactus.
Un poco de follaje húmedo para chupar
o dar un poco de alivio a mis pies
que las oquedades de mis botas han llagado;
ni una sabandija que mis entumecidos reflejos
no podrían atrapar,
mala suerte: no hay sino marchitos cardos,
un paisaje yermo con un matiz aterrador de eternidad,
un páramo con grietas desoladoras.
Ausencia casi pura,
nada en lo que se pueda confiar.
Un silencio que sólo destruyen
mis resuellos y latidos.
Pese a todo, mi marcha debo proseguir.
No hay huellas que me precedan,
ningún albergue abandonado
ha aparecido por los alrededores,
ni una ruinosa garita o techo que antaño
sirviera de tregua
para los caminantes desorientados.
Si al menos pudiera gritar
para que nadie viniera en mi socorro,
o me encontrara unas ramas crujientes
para hacer una fogata
que no sabría cómo encender y cuyo humo
atrajese la indiferencia de alguien
y me dedicara una no plegaria
que de cualquier modo
Dios no escucharía.
No obstante, debo proseguir.
El horizonte parece interminable,
como una línea de infinito trazo,
tan inmaculado como mi desesperanza,
sin montañas.
Mi paso es zigzagueante, primitivo.
A veces retrocedo para mantener el equilibrio.
Si tan siquiera pudiera mantener
una postura erguida, o por lo menos
hallase una vara,
un palo no muy recto pero firme.
Si al menos no hablara mal
de mí conmigo mismo.
Si por lo menos no tuviera
esta angustia que me despelleja,
o estos pensamientos siniestros
y en mi mente germinara
una diminuta semilla de optimismo.
Un humilde embrión de aliento.
Si me quedara una harapienta fe
en alguna entelequia,
en algún sueño irreverente e inventado.

Todo en contra. 
Pero a pesar de todo, debo continuar.

domingo, 18 de junio de 2017

Minósculos




                           1.

                           De chico
                           di un beso
                           travieso
                           de pico.

                           Fue rico
                           suceso
                           confieso
                           ¿me explico?

                           Tenía
                           vergüenza
                           con ella.

                           Fulgía
                           su trenza
                           tan bella.

                           2.

                           Con labios de pan y vino
                           de tu boca pura y pía,
                           dando un beso paulatino
                           celebras tu eucaristía.

                           3.

                           Duelo de bocas
                           y un destello en los labios:
                           detona un beso.

                           4.

                           Tu boca es el horizonte mío,
                           un prado de besos con rocío.

                           5.

                           Beso eterno:
                           sé rotundo
                           pero tierno,
                           muy profundo.

                           6.

                           Se dejaron caer
                           al abismo de un beso,
                           ¿qué podían hacer?
                           no tenían más credo.

                           7.

                           Recita tu boca
                           besos que dialogan.

                           8.

                           Tu boca es un nido
                           de tórridos besos
                           que muerden mi nombre
                           como el de un blasfemo.

                           9.

                           Tu boca perfumada
                           con licor de saliva
                           tiene besos secretos
                           de virtud curativa,
                           sanan llagas profundas
                           sin que yo lo perciba.

                           10.

                           ¡Ay, criatura!
                           Dame un beso
                           pues sólo eso
                           es mi cura.

                           11.

                           Me voy de vendimia
                           por entre tus labios.
                           Tus uvas maduras
                           me dejan borracho.

                           12.

                           Probó la copa
                           tus labios sabios;
                           le tengo envidia,
                           tengo resabios,
                           triste soporto
                           tales agravios.

                           13.

                           De ti todo me gusta pero...
                           tu boca no sabe elegir,
                           pues son tornadizos tus labios
                           e irónicos me hacen sufrir.

                           14.

                           Tu beso
                           es puro
                           veneno,
                           lo juro.

                           Lo siento:
                           soy duro
                           y... miento.
                           Abjuro.

                           15.

                           Tus labios buscan
                           al que no te ama.
                           Yo te creí
                           toda una dama.
                           Pero tus besos...
                           ¡Qué melodrama!
                           Sólo procuran
                           compartir cama.

                           16.

                           Acerca despacio
                           tus labios baldíos,
                           hasta los contornos
                           donde están los míos.
                           Dales un refugio
                           pues están muy fríos.
                           

                           17.

                           ¿Por qué te coloreas
                           de carmesí los labios?
                           ¿Es que acaso te aguardan
                           besos hospitalarios?

                           18.
                          
                           Tu beso:
                           cristales
                           de púas
                           labiales.

                           Espina
                           de plata
                           tu boca
                           que me ata.

                           19.

                           Quiero
                           muchos
                           besos
                           tuyos.

                           Tersos,
                           puros;
                           bueno...
                           turbios.
                                              
                          20.
                       
                          Aunque a besos me mates
                          dejaré un epitafio:
                          "Caminante, aquí yace
                          un fiel enamorado".