jueves, 20 de abril de 2017

Tornados anaranjados 3




                                                 ... y será tiempo de angustia (Daniel 12:1)
Se vuelve vicio la tristeza y el exprimir la glándula de la angustia. Nos esperan con los brazos abiertos en esas oníricas visiones, en el terror de los malos sueños y del anaranjado remolino.
El tornado avanza trayendo un vértigo de culpas y nos zarandea como a un espantapájaros desprevenido con el espíritu de trapo y las hilachas de la insignificancia. 
El tornado pasa desarbolando el crepúsculo, su cosecha deja ralos nuestros campos internos. Nos succiona el puré en que se ha convertido la esperanza. Y su idioma es convincente: con su estridencia ahoga los gritos de nuestras certidumbres. En su centro eléctrico se quema lo que nadie puede reclamar y uno se siente como un insecto dentro de una piedra de ámbar, pero no inmóvil sino girando sin parar con balbuceos de angustia que consume. Se pierde el plumaje y a veces hasta el cuero.

Se vuelve vicio la tristeza y el exprimir la glándula de la angustia. Ya casi les he tomado cariño. Ya casi...