Mostrando las entradas con la etiqueta manual de botánica. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta manual de botánica. Mostrar todas las entradas

viernes, 11 de octubre de 2019

Manual de Botánica 5 (Ciruelo)


Con inocentes ínfulas botánicas, exhibe su pequeña y sencilla flor que actúa como novia. En primavera, suele ser el primer ejemplar que risueño florece: será el morador más jovial de su humilde jardín o huerto con árboles frutales.
Su savia es rústica y la armadura del suelo no suele importarle. Es de índole florida por esencia. Con sus frutos es pródigo en colores: azul, rojo, púrpura, amarillo; en fin, todo un arco iris vegetal con pulpa dulce y firme. Postre revitalizador que hace que uno se sienta inmerecidamente noble. Bulbo nutritivo y versátil, no es un personaje rancio o insípido, figura como héroe de la lírica japonesa.
No merece ser equiparado con sus hermanos mayores, aunque a primera vista parezca un simple arbusto de obvia insignificancia.
Su cáscara evita enfermedades y todo lo sano le compete. Y para robustecer la vanidad humana... retarda el envejecimiento.

El donaire del ciruelo
entre el púrpura y el verde,
ni con el viento lo pierde:
semeja que inicia vuelo.
Propaga como un anhelo
botánico, su jugoso
aroma. No es un coloso
de raíces muy profundas
mas yo sé que me secundas
si febril su fruto acoso.

miércoles, 4 de julio de 2018

Manual de Botánica 4 (Baobab)





Santuario viviente que se tutea con el Tiempo al tratarlo como a un cómplice, compañero de inmemoriales correrías. Su flor en cambio es tan fugaz que resulta una chispa de las eras: resplandece veinticuatro horas. 

Descomunal cantimplora de la aldea con cientos de litros en sus entrañas. Sus hojas son medicinales y reconstituyentes: pruebe una infusión de baobab y su organismo se lo agradecerá.
Su fruto es vianda eucarística para los humanos y sustento nutritivo para los animales.

Es un árbol pulcro y gentil cuya corteza sirve para elaborar cestos, sombreros, impermeables para los chubascos.

Una sola persona no puede abarcar su tronco, abrazándolo: es como la sabiduría.

Están en peligro de extinción, tanto el baobab como la sabiduría.

Las centurias han nutrido
su abolengo de botella,
sus raíces son aquella
parte oculta del olvido.
Templo al que se le han rendido
las más pías abluciones
de todas las religiones:
amarilla, negra o rubia.
Que en su tronco albergue lluvia
no es el menor de sus dones.


viernes, 27 de octubre de 2017

Manual de Botánica 3 (Bambú)



Se propaga como epidemia y en todo su interior hay vacío: es el estuche de la nada; pero puede convertirse en corral o balsa. En vaso para tu vino, en tu radiante columpio, en tu sillón predilecto. En las persianas de tu sacra morada. Es asunto frecuente del haikú. Úsalo para espantar a los malos espíritus. No desdeñes las notas musicales de su flauta mágica ni la cuchara para la sopa nutricia ni el chasen para tu aromático té. Practica su mística del viento. Puede convertirse en tu escalera grande o en otra chiquita, en el petate para tu sueño reparador. En el cálamo, la poética pluma para tu caligrafía. El papel para tus cartas de amor o tu nota suicida. Tu talismán infalible. Puede ser la conciencia tranquila de tu farsa ecológica. La bienaventuranza o la peor pesadilla de tu jardín.

Se disemina cual plaga
el pletórico bambú,
es anfitrión del haikú
y al crecer no se rezaga.
Su fragancia es algo vaga
y es de índole invasora,
desestabilizadora
de otras especies vecinas
mas en sus verdes cortinas
muchos usos atesora.