º Prejuicio. Ya no contra el pensar del otro, sino contra el sentir ajeno.
º Sé discreto. Eso siempre da de qué hablar.
º Hay una forma aparatosa de ser humilde que llega a confundirse con soberbia.
º Te elogian. O lo crees y pecas de ingenuo, o lo niegas y pecas de corazón duro.
º Hay dos clases de personas: las que dicen que hay dos clases de personas y las que no.
º Vivimos en una sociedad igualitaria, así que nada de protagonismos. Que tu falta de talento no agravie el prójimo. Todo mundo tiene derecho a exhibir su mediocridad.
º Quien tenga una pregunta, hágala. Hay un sinfín de respuestas.
º Pasa desapercibido. Eso siempre llama la atención.