domingo, 25 de julio de 2010

Diezmos 2

Ágatas Azules

Mi diezmo es sólo un guijarro,
pedrusco de simpatía,
el culto que te debía,
ejemplo de despilfarro.
Si de emoción te desgarro
está bien que disimules,
ni una palabra articules:
en prueba de que te adoro
te doy también el tesoro
de mis ágatas azules.

jueves, 22 de julio de 2010

Ensayo Dactilar

El pulgar es un dedo solemne. Por algo los emperadores romanos lo utilizaban para emitir su veredicto al momento de decidir la suerte de los gladiadores vencidos. Incluso las mujeres, hoy en día, a veces se valen de su contundente aspecto para desahuciar a sus enamorados. Hacia arriba: el indulto, la aprobación, la buenaventura. Hacia abajo: el infierno, la inmisericordia, la destitución. Es el dedo más autónomo y, a la vez, el alma unificadora del grupo. Es el soporte, el conciliador; se lleva bien con todos.
Su obesidad es engañosa. Si se lo propone puede ser ágil y juguetón: las canicas le fascinan. De todos modos hacemos bien al tratarlo con respeto: los pactos con el diablo llevan su firma, y el día de mañana, cuando Dios decida aplastarnos, seguramente lo hará con un pulgar.

El índice es de otro temple. Es el curioso, el indiscreto. Se mete en dificultades continuamente a causa del irresistible encantamiento que le provoca la oquedad. Fanfarronea a toda hora y se empeña en conseguir el liderazgo. Él es quien elige sitios, rutas, personas. Asigna cometidos y dirige esfuerzos. Acusa y recrimina. Calumnia.
Debemos reconocer no obstante su valentía, pues a menudo le tocan faenas peligrosas. Verifica temperaturas, aristas, consistencias. Hurga y rasca desconocidas cortezas y caprichosas superficies.
Es toda una contradicción el que siendo un alborotador innato, sea él precisamente quien se estire adusto junto a los labios para imponer silencio.

El dedo cordial es un tanto misterioso. Larguirucho y circunspecto, parece poco proclive a la frivolidad y a las cosas mundanas. Es el aristócrata de la camarilla. Con indiferencia acepta salvar a los demás en los momentos críticos cuando alcanza lo que sus compañeros no pueden. Sus frotamientos son tersos y reconfortantes. Sin embrago, si se le acorrala o se le hostiga, soslaya protocolos y amaneramientos haciendo gala de una procacidad que ruboriza, al adoptar posturas abiertamente injuriosas o al arrojar proyectiles como una catapulta.

El anular no ostenta afanes protagónicos. Es huidizo y pachorrudo. Sólo si se le llama acude, si se le acaricia corresponde. Sobrelleva estoicamente la intromisión de las alhajas. Aunque esplendorosas, no dejan de resultar un lastre. No le hacen falta atavíos semejantes para sentirse apreciado.

El meñique es definitivamente el más sentimental de todos. Aunque le pese, su complexión de poeta tísico lo ha convertido en símbolo de la ternura. No fue hecho para las labores ásperas, lo cual no implica necesariamente que sea un pusilánime, lo corrobora la hazaña de resistir todo el peso de los demás, cuando un ataque de furia hace gestar un puñetazo sobre una mesa y a nuestro amigo le toca amortiguar el impacto. Injustamente se le considera un menor de edad o un subdesarrollado. Más bien es un melancólico risueño. Por su gentileza acostumbra emprender misiones muy sutiles, como apartar las pestañas sueltas de los rostros, secar lágrimas furtivas, iniciar subrepticiamente lances amorosos.

Ya vistos en conjunto, estos cinco soldaditos son la parte más elocuente de nuestro cuerpo. Bien sea a base de códigos o de gestos espontáneos, logran transmtir, incluso involuntariamente, la mutabilidad de nuestra naturaleza. Ellos son la herramienta primigenia, la caricia inmarcesible, el arma más antigua. Son el principal indicador anímico. Si entristecemos, languidecen como medias arrumbadas. Si el pavor nos toma por asalto, se crispan como el espinazo de un felino. Si estamos felices, cantan, bailan y parlotean como colegialas en un día de campo. Y suplican y reclaman y se mofan. Por algo dicen que nuestro corazón guarda magnitud con nuestro puño cerrado.


viernes, 16 de julio de 2010

Frases Céleres 2

° Miente bien, miente más. Miente de verdad.

° Hallé una causa perdida en que ocuparme.

° La H (hache) es el aforismo del silencio.

° Pensar en no pensar no es pensar.

° Entretenerse puede costar o no. Aburrirse siempre es gratis.

° En realidad, la Santísima Trinidad la constituyen dos: Yo.

° No seas ateo. Cree en ti.

° Amor: hipertrofia aguda de la autosugestión.

° El Amor es: Sí, Ego.

° El porvenir se vislumbra vetusto.

jueves, 8 de julio de 2010

Exit S.A.

Puede usted estar seguro, caballero, de que nuestra organización le brindará el mejor servicio. Somos una respetable y seria compañía suiza con probada experiencia en materia de suicidios. Nosotros podemos ayudarlo en tan delicada circunstancia por una suma que se ajustaría a sus posibilidades. Contamos con personal calificado, el cual, en un lapso relativamente corto, le prepara para abandonar este mundo de una manera limpia y digna. Nada de sangre o métodos violentos: somos enemigos del desaliño. Estamos familiarizados con los estragos del fracaso, la soledad y sobretodo, la melancolía; esa enfermedad atroz e incurable que a través de los siglos ha cobrado muchas vidas. No se sienta mal. No crea en esa frase lapidaria: "Un acto de valentía en un momento de cobardía", ni se autocensure con preceptos religiosos. Nadie sino usted sabe y padece ese desgarrador deseo de no seguir adelante. La muerte redime.
Si así lo quiere, también podemos asesorarlo en la redacción de su misiva postrera o en tantas cartas explicativas como usted estime conveniente. Nuestro panel de especialistas le ayudaría a encontrar la frase precisa, la cita conmovedora o la nota de consuelo necesaria para que su imagen no sufra menoscabo. No tenga miedo y termine con sus días aciagos. Decídase y firme aquí sobre la línea punteada. La vida no es un buen sitio para seres sentimentales. Le espera la ausencia de todo mal. El trance que todo lo cicatriza.

jueves, 1 de julio de 2010

La blanca decisión

(a Ella)


mariposa blanca
jardín con pesadillas
vendrás conmigo
a transitar por un camino sin retorno

pondremos en entredicho a los espejos
y desconfiaremos del refrán del arcipreste
dudaremos de la luz y sus perfiles
y nos obsequiaremos mutuamente
blasones vegetales

me enterneceré hasta el vértigo
si absuelves mi menesterosa mano
y me dejas besar
el vestido blanco
con el que te vieron cortejar un día
al apocado tulipán
que frecuentaba tu casa


En los últimos diez años de su vida Emily vivió recluida en su casa, sin ver casi a nadie. A veces se la veía de lejos en su jardín vistiendo de blanco. Nunca se casó. Porque no le dio la gana.

Vestido de algodón de Emily