domingo, 19 de agosto de 2012

Tienda de perfumes



Mujer, ven a mi tienda de perfumes.
Verteré tus modales en un frasco
para que al viento espléndida sahúmes
con el hialino efecto de un chubasco.

En reciprocidad te haré una esencia
que robustece el ánimo amoroso,
una colonia de salaz influencia:
el rob espiritual con que te endioso.

Tendrás en mi almacén prerrogativas
ungiéndote mis bálsamos y sales
para que amor, salud y un don recibas
del misterio de extractos ancestrales.

Confiérete el placer -y sé egoísta-
de tu impar y exclusivo perfumista.