sábado, 9 de marzo de 2013

La pistola entre las ingles

Bonnie Parker
                                                                      


Lástima que mi hermoso cabello color trigo quedara ensangrentado por las ráfagas de amatralladora. El vestido era nuevo. Había dejado las lentejas cocinándose en la estufa. No me trataron como a Helena de Troya. Mi amado me pidió matrimonio aunque en realidad no quería hacerlo. Lo hubiera lamentado: soy una chica campirana que dejó su hogar para ir en busca del frenesí desbocado de la ciudad. Fue un tierno detalle de cualquier modo su no propuesta de casarnos. Con mi boina negra le parecía una escultora francesa aunque lo mío eran los poemas: Caí en las redes de un criminal, no pude evitar enamorarme con locura. Juro que le gustaban las caricias entre las ingles con mi pistola. Juro que nunca disparé un arma. Se me quemaron las lentejas.

Aunque compañera de un asaltabancos, se dice que Bonnie nunca encañonó una pistola. Escribió poemas.