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viernes, 11 de octubre de 2019

Manual de Botánica 5 (Ciruelo)


Con inocentes ínfulas botánicas, exhibe su pequeña y sencilla flor que actúa como novia. En primavera, suele ser el primer ejemplar que risueño florece: será el morador más jovial de su humilde jardín o huerto con árboles frutales.
Su savia es rústica y la armadura del suelo no suele importarle. Es de índole florida por esencia. Con sus frutos es pródigo en colores: azul, rojo, púrpura, amarillo; en fin, todo un arco iris vegetal con pulpa dulce y firme. Postre revitalizador que hace que uno se sienta inmerecidamente noble. Bulbo nutritivo y versátil, no es un personaje rancio o insípido, figura como héroe de la lírica japonesa.
No merece ser equiparado con sus hermanos mayores, aunque a primera vista parezca un simple arbusto de obvia insignificancia.
Su cáscara evita enfermedades y todo lo sano le compete. Y para robustecer la vanidad humana... retarda el envejecimiento.

El donaire del ciruelo
entre el púrpura y el verde,
ni con el viento lo pierde:
semeja que inicia vuelo.
Propaga como un anhelo
botánico, su jugoso
aroma. No es un coloso
de raíces muy profundas
mas yo sé que me secundas
si febril su fruto acoso.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Filosofismas 8




° La impaciencia, ya sea en forma de prisa o ansiedad, es la causa de casi todos los errores.
° La inacción provoca que los errores arraiguen en las personas.
° Es muy fácil caer en la violencia y en la crueldad cuando te invitan a “defender” a tu país con cualquier pretexto.
° Es increíble lo fácil que uno cae en la ingenuidad, al creer que alguien que nos hizo daño, algún día recibirá su merecido.
° ¿La especialidad del otoño? Cubrir con hojas secas el sendero.
° Esperar a que el Amor toque a tu puerta es como pretender que las cárceles busquen a sus propios reos.
° Se pueden tener secretos frente a Dios, pero no ante la mujer, pues tarde o temprano los descubre.
° Estéril, como un maestro sin discípulos.
° Dedicarse al Mal no es tan fácil.
° La regla es que la ruta sea más interesante que el destino.
° Cuando uno hace el Bien a menudo se ve muy mal.
° Todo mundo tiene respuestas, incluso sin preguntas.
° Al enfrentarse al mundo la ventaja numérica no cuenta.
° El mundo espiritual cada vez se parece más al mundo material.
° Esa persona que pisa el césped en donde está prohibido hacerlo, suele ser blanco de ilegales enamoramientos.
° No distinguir dónde comienza la idolatría y dónde el miedo. ¿O son la misma cosa?
° Desconfía de la abundancia de palabras y la escasez de miradas.
° Se suele confundir a la elocuencia con la palabrería.
° El amargor de la amada es como ambrosía para quien la ama.
° La mano blanca puede ayudarte a salir del pozo negro.

domingo, 28 de octubre de 2018

Catecismo de medias verdades




1. Esa insistencia con que el prójimo risueño y optimista, repite una y otra vez que hay que disfrutar la belleza de lo efímero y las delicias del instante, lo puede poner a uno neurótico.

2. Una vida fácil parece ser un regalo pero en realidad es un despojo. Todo un saqueo.

3. Por lo general, las cosas monumentales comienzan siendo pequeñas.

4. El amor por uno mismo no suele ser tan incondicional. Hay cláusulas con requisitos.

5. No es raro que quien sabe hacerlo todo bien se convierta en un completo inútil.

6. También se puede alardear, con impúdica categoría, de ser un bueno para nada.

7. La farsa del amor universal es universal.

8. Los predicadores de la televisión y los autores de manuales motivacionales de autoayuda y superación personal, son muy dados a las piruetas del espíritu, las acrobacias del corazón y las chapuzas del pensamiento.

9. Con silencio se puede ocasionar bastante alboroto e incluso estrépito.

10. No por célebre se reparten flores. No por anónimo se acumulan espinas.

11. Las parábolas han pasado de moda. Hoy las cosas se dicen sin rodeos.

12. Hay cosas que nunca regresan, como el amor, la juventud, el tiempo perdido o la hoja marchita que cayó de la rama.

13. Es algo inofensivo que tratemos de impresionarnos unos a otros con nuestra filosofía de tienda de abarrotes.

14. Cada vez es más fácil tener fe en algo.

15. Las frases célebres siempre tendrán un papel protagónico en los discursos de los políticos sin ideas propias que imitan como loros.

16. Es algo muy chic y contemporáneo manifestarse a favor del yoga, los libros de autoayuda, lo esotérico y la armonía con el universo.

17. Contradictorio resulta el que medio mundo se jacte de ser único y original pero se obsesione tanto por estar a la moda, aunque se luzca como un paupérrimo esperpento.

18. Hay que creer en algo aunque se tengan dudas más que suficientes. La credulidad conserva su lozanía.

19. La verdad nunca está de parte de nadie ni de nada.

20. Es obvio que la humanidad es desdichada, de otra forma no se explican tantos consejos por todas partes para ser feliz.

21. Con más frecuencia de lo que se cree, las personas no suelen distinguir el tono socarrón y la fanfarronería de las medias verdades.

22. El escepticismo también tiene su sistema de creencias.

23. Todavía hay personas convencidas de que tan sólo con fuerza de voluntad se logra cualquier cosa.

24. Él es un gurú experto en decirles a los demás qué es lo que tienen que hacer para que sus vidas sean mejores.

25. Para mostrar indiferencia, es más eficaz mirar a la persona objetivo y saludarla con desgana, que fingir que uno no se ha percatado de su presencia.

26. Hoy al descaro se le denomina “espontaneidad”; pronto le llamarán “franqueza”. La ductilidad del idioma es infinita.

27. Y hablando de lo elástico que resulta el idioma, parece que cuando se dice “desarrollo sostenible” o “sustentabilidad”, significa prolongación de la agonía.

28. Las apariencias son algo crucial para la preservación de la especie.

29. Envanecerse de las obsesiones epicúreas o las morales, es como alardear de no vivir en jardín florido sino una sórdida mazmorra.

30. En nuestros días hay una especie de culto irreflexivo y automático hacia todo lo que parezca diferente y sea susceptible de ponerse en boga.

31. El escarnio contra uno mismo es un truco muy socorrido para procurarse la simpatía de los demás.

32. Estar al día consiste en vilipendiar todo lo obsoleto aunque siga siendo útil o bello.

33. Lo eterno y lo efímero siempre están en pugna, tratado de convencernos cada uno de que nos ofrece lo mejor.

34. A veces a lo cómico le ocurren cosas tremendamente trágicas.

35. Sólo las mujeres pueden distinguir en las cosas ese famoso “toque femenino”.

36. A como dé lugar, uno debe suprimir ese absurdo e incomprensible vicio de jactarse por destruirse a sí mismo.

37. Hay personas con una belleza física tan imponente, que es como si no existieran y por lo tanto uno ni las mira.

38. Los conjuros, los amuletos y las pócimas surgen cuando se propaga el miedo.

39. Para muchos, su valía como seres humanos está en función del contenido de su guardarropa.

40. En el principio era el flirteo.

41. Para quedar bien con ambos bandos, imagina que a tu otro yo es a quien le ocurren las cosas tristes y catastróficas, y a ti, todo lo gratificante y jubiloso de este planeta.

42. No se deben confundir las genuinas manifestaciones de alegría con el relajo.

43. Si uno imita a los demás en sus hábitos o conducta, se piensa con gran candor, que todos lo demás lo imitan a uno.

44. Cuando la vanagloria sobre tu pasado es más significativa que tus esperanzas en el futuro, estás en serios problemas.

45. Más que devorarnos, la Gran Ciudad nos domestica.

46. La fama y el anonimato se parecen en que ambos son blanco de la incomprensión.

47. Por lo general, se suelen dar los mismos consejos de siempre. Con palabras sencillas o rebuscadas, escuetas o ampulosas, vulgares o refinadas. Los mismos consejos de siempre.

48. Es cuestión de elegancia y estilo ocultar tanto las buenas como las malas intenciones.

49. Dicen que el buen vino quita el hambre pero a la mente le da voracidad.

50. El otoño es particularmente doloroso y melancólico para los sensibleros.

sábado, 22 de septiembre de 2018

Ensayo individual sin vestuario 2 (Felicidad)


Lo dijo Séneca: Todos quieren vivir felices, mi querido Galión, pero para ver con claridad en qué consiste lo que hace una vida completamente bienaventurada, andan a ciegas

Creo que de una manera oblicua, Séneca se refería a esos alegres recalcitrantes, a los felices a todo trance que pugnan por ser dichosos veinticuatro horas diarias, siete jornadas a la semana y trescientos sesenta y cinco días al año durante toda su jocunda y puta vida.

Lo curioso es que de acuerdo a nuestra forma contemporánea de actuar, en que no se practica lo que se predica, los felices contumaces sí procuran cumplir con sus rituales y honrar sus creencias.
Que les den resultados, que sean eficaces, eso no lo sabemos en realidad ya que una sonrisa postiza (valga la rima involuntaria) se la puede poner cualquiera.
Debido a los embates continuos de tanta celebración por la vida, uno no puede dejar de sospechar que se trata de charlatanería. Una impostura.
A veces ese vitalismo a ultranza es una forma disfrazada de abatimiento. La tristeza entonces, es como un fantasma tutelar de una existencia miserable.

Contrario a lo que pudiera pensarse, los melancólicos no son unos indefensos ni los contentos unos superdotados.
Una cosa parece innegable: un espíritu sufridor es más resistente que un espíritu festivo. 

El llevar una vida metódica con dieta estricta, ejercicio rutinario, trabajo duro y otras formas de disciplina, suele esconder a una persona con una gran depresión, y no lo admite o no se ha dado cuenta.
Parece un vicio extravagante el que la gente se empecine en ocultar su desconsuelo o decepción, como si fuera algo vergonzoso. Hacen pensar en esos beatos santurrones que creen que engañan a Dios con su fingida devoción y sus rezos mecánicos como si repitieran las tablas de multiplicar. Pagana idolatría hacia los tótems que representan lo divino de una manera bastante prosaica.

Los adscritos al club de los felices descalifican a los tristes aduciendo que no tienen "recursos interiores". Para una persona radiante y satisfecha, la desgracia es irreal y abstracta. Un estorbo imaginario.

El goce es el único fundamento existencial válido para un ser humano, según estas buenas almas risueñas. 
Son criaturas fulgurantes que exhiben en público su plumaje de bienestar y regocijo. Es la gracia de los plumíferos de hoy, tan intrascendentes y encadenados a los medios de comunicación sólo para estar en contacto con sus congéneres de bando y su filosofía bullanguera.

Sin embargo, todo parece indicar que la felicidad se ha sobrevalorado, que no se haya en buena forma ni en su mejor momento. De no ser así no se escribirían tantos libros acerca de cómo conseguirla. Se diría que la desorientación humana es notoria y multitudinaria al respecto.

Los que son de tendencia taciturna ya no se preguntan si es buena y saludable tanta contentura, esa bienaventuranza constante, sino ¿existe la felicidad de todos los días?

Uno no comprende el porqué de esa estridencia con que exigen que todos veamos las bendiciones de la vida de la misma forma estereotipada.
Tampoco se asimila ese afán por transmitir que la felicidad es como una suerte de mandato cósmico.
Ese empeño por querer hacer de una experiencia personal una práctica colectiva bajo la siguiente premisa: "Lo que me funciona a mí para ser feliz, debe servirte a ti también: Haz lo que yo".

Nada hay tan cansino como una persona llena de certezas, henchida de verdades absolutas.

Gente que se la pasa restregándole al prójimo la apoteosis del júbilo de vivir.
Lo peor es que han vuelto frívolo algo que debería ser venerable. Algo muy íntimo lo han querido propagar, no en forma generosa sino impúdica y hasta petulante.
Es ofensiva la forma en que pretenden que ciertos hábitos se conviertan en promesas de felicidad. En manantiales pletóricos de dicha.

Tras todo lo expuesto, eso no significa que uno no se maraville y entusiasme ante quien sabe sonreír en forma genuina durante los malos tiempos. Sepa Dios cuánto se les admira. Porque reír y sonreír —pese al infortunio— es un sagrado deber.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Encuentro

Resultado de imagen para mujer con sombrero en la calle



Me dije al verte en sueños por la calle:
"Mujer inteligente se aproxima", (*)
y yo te agradecí el gentil detalle
de mejorar la atmósfera y el clima.
Pensé luego: "Ojalá que me saludes",
y devino un febril descubrimiento;
al hablarte deduje tus virtudes:
sensible, culta, noble y con talento.
Fue un aura epitalámica completa:
tu voz, tus ademanes, tu vestido.
Tu corazón volvióse un frío asceta
y a la par, tu intelecto, más sentido.
Me embrujaron tu estilo caminero,
tu risa triste y —claro— tu sombrero.

(*) Roque Dalton

miércoles, 4 de julio de 2018

Manual de Botánica 4 (Baobab)





Santuario viviente que se tutea con el Tiempo al tratarlo como a un cómplice, compañero de inmemoriales correrías. Su flor en cambio es tan fugaz que resulta una chispa de las eras: resplandece veinticuatro horas. 

Descomunal cantimplora de la aldea con cientos de litros en sus entrañas. Sus hojas son medicinales y reconstituyentes: pruebe una infusión de baobab y su organismo se lo agradecerá.
Su fruto es vianda eucarística para los humanos y sustento nutritivo para los animales.

Es un árbol pulcro y gentil cuya corteza sirve para elaborar cestos, sombreros, impermeables para los chubascos.

Una sola persona no puede abarcar su tronco, abrazándolo: es como la sabiduría.

Están en peligro de extinción, tanto el baobab como la sabiduría.

Las centurias han nutrido
su abolengo de botella,
sus raíces son aquella
parte oculta del olvido.
Templo al que se le han rendido
las más pías abluciones
de todas las religiones:
amarilla, negra o rubia.
Que en su tronco albergue lluvia
no es el menor de sus dones.


jueves, 7 de junio de 2018

Infierno






El día en que llegué al infierno fue bastante difícil: no tenía con quien platicar. Yo esperaba ver guardias, carceleros o al menos monstruos llamativos que me impresionaran con su tétrica apariencia. El agua azufrosa no me quitaba la sed. No había un mísero paño al alcance para enjugarme el sudor. 
Ningún evento interesante de vez en cuando para hacerme olvidar el bochorno. He esperado en vano un desfile de carros alegóricos con demonios empuñando sus tridentes, pero nada. Mi único paisaje es un interminable río de lava que ya me hastía. Nada de abismos con llamaradas insaciables dispuestas a calcinar a los pecadores. Ni una escena de tormento con una gran olla de agua hirviente y algún otro condenado en su interior para amenizar la eternidad.
Arribé saludable y ahora tengo una permanente tos que no me deja tranquilo.

El Diablo resultó un antisocial y se la pasa tramando fallidas tentaciones. Lo conminé para que realizara algún malévolo prodigio y así poder profesarle un poco de respeto, pero es fecha que no muestra un poco de la perversidad que tanto le atribuyen los mortales. De hecho me parece un poco femenino a causa de las frases dulzonas que me dirije, llenas de consejos no solicitados.

He pensado tanto en los placeres prohibidos a los que renuncian los hombres por temor a caer en un perenne suplicio que en realidad no existe. Yo, que me esforcé por ser la persona más ruin del mundo para no tener que convivir con santurrones por los siglos de los siglos, estoy consumiéndome, pero no por las llamas sino por el aburrimiento.
Decepcionante.

lunes, 19 de febrero de 2018

Cartilla Sextina 10


Sextina de las preces

Es una espina tórrida en el pulso
lo que me solivianta al ver tus piernas;
persigo como autómata los pasos
que sueles propagar con digno porte.
Relámpagos castaños en tu pelo
me inducen a incluirte entre mis preces.

Eres deidad de mis votivas preces,
al escoltarte se me abulta el pulso
y la brisa se ufana de tu pelo
tornándose en espejo de tus piernas.
Me arrodillo y avanzo ante ese porte
como un faquir, clavándome tus pasos.

Ante mí, un archipiélago de pasos
trastoca la sintaxis de mis preces;
se congratula el mar con tanto porte
y siento como arañas en el pulso.
Soy orden mendicante de tus piernas,
el indigente que te roba un pelo.

Hay un brillo aromático en tu pelo
de pétalos mordidos. Sigo pasos
que me guían al mar a ver tus piernas
y a abrazarlas rodeándolas de preces,
pues tal honor me lo he ganado a pulso
al bienquerer tu transparente porte.

Le sienta bien a mi aflicción el porte
peligroso, tan tuyo. Rostro y pelo
¿qué culpa tienen ellos de este pulso
que identifica sin errar tus pasos?
Junto mis manos, te dirijo preces
para reverenciar tus magnas piernas.

Con unción te descifro, tienes piernas
que endomingan caminos con su porte.
Vivo ante ti tartamudeando preces.
En vez de plumas opto por tu pelo
como pendón visible de tus pasos
que con su ondeo me trastorna el pulso.

Si mi pulso congenia con tus piernas
se debe a que tus pasos tienen porte
y a que a tu pelo extiéndense mis preces.

jueves, 15 de octubre de 2015

Tierra



Tierra hollada por amantes venideros,
repartes sortijas a los ademanes solitarios,
cierras los párpados con lágrimas de polvo.
Románticos demonios se beben tus perfumes
y ángeles ebrios quieren atrapar tus silencios
con una redecilla de profundos ojos.
Tierra, pan de carne, no dejes a tu esposo soltado de la mano
con estériles esperanzas por asumir.
Tierra, te me entrego sin miedo a extraviarme:
la transparencia ya no es una necesidad.
Ya no tengo rostro, perdí mi nombre.
Somos tan afines que te llamo sin palabras.
Voy contigo lleno de confianza
sin preguntar el rumbo ni el destino.
Tierra, me pides más emociones de las que dispongo.
Úntame tu casta.

jueves, 11 de octubre de 2012

Rezo




Maestro
deseo que ella sea mía
por ello rezo
sobre mis rodillas
sobre mis vergüenzas
sobre mis sacros pecados
mi vileza la purificará

jueves, 12 de julio de 2012

Reglamento para reglamentar

1. Toda regla deberá apegarse estrictamente a las reglas.

2. La regla no podrá modificarse por ningún motivo, a menos que lo permitan las reglas.

3. En caso de dos reglas opuestas entre sí, ambas deberán aplicarse con el mismo rigor y celo.

4. Las reglas no podrán romperse, salvo que se trate de la excepción a la regla.

5. Las reglas serán para que uno se sienta importante diciendo: "las reglas son para romperse".

6. Una cosa será enumerar razones para romper una regla y otra tener razones para romperla.

7. La excusa reglamentaria deberá ser siempre: "yo no inventé las reglas".

8. En caso de que no haya reglas, tal circunstancia deberá quedar claramente estipulada en el reglamento.

9. En aras de la individualidad y la armonía, que cada quien obedezca sus propias reglas y respete las ajenas.

10. Cualquier regla no prevista en el presente reglamento... pues cada uno verá cómo se las arregla.

sábado, 17 de marzo de 2012

El hediondista




Tengo un oficio abyecto pero redituable, soy hediondista. Repito: hediondista. Sí, no se rían. Fabrico soluciones fétidas. Las vendo casa por casa recorriendo un exclusivo circuito residencial. Cuento con una amplia gama de productos en catálogo aunque también elaboro material por encargo. He patentado todas mis fórmulas. Es un negocio en pleno crecimiento. Tal vez no lo crean pero los concentrados apestosos tienen gran demanda. Y no hablo únicamente de los que se expenden para gastarle una broma pesada a gente amiga -o enemiga-. De esas sustancias que se embarran en la mano al saludar dejando su impronta hedionda, o las que se colocan debajo de una silla para extender sospechas burlonas entre la concurrencia de una reunión. Para tales prácticas inofensivas proveo el clásico frasquito con tufo a caño tapado o huevo podrido. Pero hay olores sintéticos con fines utilitarios de mayor alcance para los que se requiere habilidad y empeño. Si quieren obligar a alguien indolente para que limpie las alfombras o la tapicería de los sillones y el sofá, rocíen los enseres con mi extracto de vómito postjuerga navideña. Para aquellos que anhelen transportarse cómodamente en un vagón vacío del metro un día laborable a la hora pico, la solución es simple: un artefacto pestífero expansivo de flatulencia perruna. ¿Quieren acaparar la comida en el bufet de una muestra gastronómica internacional? Fácil. Basta abrir una cápsula que libera una mixtura odorante de vegetales pútridos, calcetín de maratonista y transpiración canicular de borracho cervecero. Si intentan desembarazarse de un pretendiente encimoso o de alguna enamorada melodramática, pueden recurrir a mi atomizador bucal con efluvio de mofeta malaya combinado con orina de zorro. Provoca una halitosis más repugnante que expeler gases o un regüeldo de jugos gástricos, impregnándose en el prójimo de modo nefando; cualquier amago de beso desaparecerá ante este infalible compuesto levemente tóxico que trastorna la facultad olfativa hasta por varias horas. Un genuino ataque a la nariz. Ahora bien, lo mío es un trabajo de detalle. No se crea que es cuestión de revolver ingredientes al azar. No. Tiene su método. Mi clientela es exigente y debo traducir a una pestilencia específica su capricho y, sobre todo, sintetizarla en mi laboratorio casero. Hoy, por ejemplo, me toca la entrega de un excéntrico pedido. Un líquido espeso con el miasma de cadáver putrefacto. Encomienda de un predicador, de esos que salen en la tele y actúan como merolicos frente a los incautos. Dice que él es la resurrección y la vida. No me animo a preguntar para qué quiere el menjurje.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Pompas de jabón



en su aposento
el caracol oculto:
me le parezco

tinta en mi mano
mi línea de la vida
se ha prolongado

niños de noche
en charla sobre espectros:
rechina un gozne

moscas cual buitres
en derredor zumbando:
un gorrión muerto

noche de lluvia
un gato entre mis botas
pidiendo afecto












sábado, 28 de enero de 2012

Varona

(Female User Icon)

Tú, la unívoca doña de mi vida,
mi compaña amantígena, mi centro,
sin ti me rajo todo reteadentro,
me vuelvo un moridor, un egocida.

Poseyenta de todo mi besaje,
si no estás en un tris me desvarono,
desamachado me ajo de abandono
y a lagrimazos te hago un homenaje.

En mi corazonancia te enaltezco,
si me falta tu roja labiadura
me ahueco entero de una llenadura
de solitud y amárguico empolvezco.

Tienes razón: mi pene es imperfecto,
sin ti me desespermo y deserecto.

domingo, 8 de enero de 2012

Diezmos 7


Unción


Espero que no te asombre
saber que eres legendaria,
pues conformé una plegaria
con las letras de tu nombre.
¿Qué hay de anómalo en que un hombre
busque disipar su miedo,
inventándose su credo
mencionando a una mujer,
para luego reprender 
a los labios con un dedo?

lunes, 21 de noviembre de 2011

Habitaciones



Nuestro interior es como una morada con habitaciones para diferentes propósitos. Es natural que no todas se encuentren en el mismo grado de conservación. Alguna estará bien iluminada, con las ventanas abiertas por donde circula el aire. Quizá tenga cortinas blancas y juguetonas. Buen sitio para guardar nuestra nómina de fetiches valorables. Tótems de carne o vaho. Recuerdos de excursiones míticas en la infancia. Un cofre con semillas de buena voluntad. Tiempo disecado. Y habrá otra estancia al final de un reverberante corredor, en cuyas paredes cuelgan cuadros abstractos con aquellas nuestras verdades que nunca pudimos demostrar. Mas también hay una recámara taciturna, con las ventanas atoradas, el interruptor de la luz inservible, olor a humedad, bichos bajo el tapete. Aposento de la vida nunca vivida. Rincón de los estragos. Escondite de la cama de faquir para mortificar a la memoria; de la gaveta con las cartas no enviadas junto a un alfiletero en forma de corazón.
Habitaciones para distintos propósitos. Y siempre hay una cuya puerta está bajo llave.

viernes, 11 de noviembre de 2011

One of us cannot be wrong (Leonard Cohen-Spanish version Luis Mariano)





Por despertar tus celos
una gran vela encendí
mas mi cuarto albergó mil mosquitos
al verme desnudo sin ti,
después adorné con mi polen viril
tus zapatos de negro charol
también destrocé
el batín con el cual
una gran multitud te miró.


Mostré al doctor mis latidos
y me ordenó claudicar,
y él se autoescribió una receta
poniendo tu nombre al final,
después se encerró a leer en papel
cómo fue nuestra luna de miel,
su enfermera llamó
informándome ayer
que el doctor la razón
ya perdió.


Se supo que un monje te amaba,
de noche yo fui su aprendiz,
me dijo que el don de una amante
es las reglas contravenir
y fue cuando creí
que él actuaba así
se ahogó sin más el muy vil.
Su cuerpo se fue
pero vuelve otra vez,
su alma delira sin fin.


Miré las escenas de un filme
que un esquimal te tomó,
el pobre estaba temblando,
su cuerpo se puso azul.
Fue tal vez que se heló
cuando el viento sopló
y tus ropas muy lejos llevó,
pero tú estás tan bien
con tu escarcha en la piel
que en tu hielo quisiera entrar.

sábado, 29 de octubre de 2011

Cartilla Sextina 4

Sextina publicitaria

Hasta el agua que bebo ostenta marca,
pronto el aire que aspire tendrá precio:
sin duda alguna se pondrá de moda
el de campaña más tenaz y necia;
las regalías de un emporio o firma
dependerán de mi lealtad de cliente.

Mi ego dejará de ser el cliente,
mi autoestima optará por ir sin marca.
Un tótem, logotipo de una firma,
preferirá lucrar poniendo precio
a esta mi sed -mercadería necia-
de vivir, cual si fuera alguna moda.

Los dioses en el nombre de la moda,
ven a un hombre devoto como a un cliente
y al recurrir a propaganda necia,
hasta las bendiciones tienen marca:
de acuerdo a la envoltura ese es el precio
e incluye una tarjeta con su firma.

Con la astuta estrategia de una firma
puede ponerse a Zeus a Thor de moda.
Crece el contraste entre el valor y precio
con ficticios descuentos hacia el cliente.
La era de neurosis por la marca
será en la historia humana la más necia.

Se afanan los consorcios en su necia
lid por acaparar bajo su firma
todo aquello que aún no tiene marca:
la sangre, el fuego, el aire ante la moda,
irán a un mostrador timando al cliente
con un sombrío rótulo en el precio.

Al envasarse todo tiene un precio,
es la ley de la usura y aunque es necia
la actitud de negarse como cliente,
siempre las artimañas de una firma
pondrán como anacrónica o de moda
la alcurnia estafadora de una marca.

Y aunque no tenga precio ni una marca,
un patrocinador de moda, firma
esta sextina necia para el cliente.