miércoles, 13 de enero de 2016

La rosa fea





1.

En el jardín brotó una rosa fea,
un ejemplar en malas condiciones
con pétalos rugosos y tristones;
una flor fea aquí y en donde sea.

A veces la botánica bromea
y un día saca pares y otro nones,
es más voluble de lo que supones
y la equidad no es nunca su tarea.

Nació la rosa de un capullo enfermo
y busca apresurar su corta vida
sola con su fealdad inmerecida.

Confío en que tus méritos no mermo
si la pongo a tus pies como un tributo
e igual mi corazón también enjuto.


2.

En cuestiones de flores no soy ducho
pero la rosa fea se marchita,
ni siquiera el rocío la visita:
sus cuitas aromáticas escucho.

Es un perfume parco, debilucho,
como de mojigata señorita;
la rosa, como yo es una proscrita
porque en fealdad nos parecemos mucho.

Te ha visto y dice tantas maravillas
de tu rostro que honesta se recrea
y celebra cuán poco te maquillas.

Te la doy como efímera presea,
acaricia con ella tus mejillas,
junto a tu cutis no será ya fea.