viernes, 6 de octubre de 2017

Convicción



Tú cree. Con candidez o la terquedad de una piedra. Con desorientación o con descuido. Hasta con hipocresía. Cree en los labios sellados por un juramento, en el secreto llevado a la tumba. En la mano puesta a la izquierda del pecho aunque el corazón esté en el centro. Cree en la saliva vaporosa del silencio, en la discreción de la desnudez, en los pálpitos de la oscuridad, en la armonía de las cosas inmóviles. No dejes de darle tu voto de confianza a la retórica del espejismo. Cree en la omnipotencia de un "tal vez". Haz cualquier cosa por gustarle a tu creencia, incluso fingirle que le guardas fidelidad, que es tu única salvación. Tú cree.