Para la Pizarnik
Flora flor espumosa, tu angustia está de fiesta,
tu corazón fatal de aurícula de tinta
es un alfiletero convulso en una cesta
que ante la misma duda sangra en forma distinta.
A acariciar violetas te duermes predispuesta
desde que las palabras te dejaron encinta,
y bajo tu escritorio un súcubo se acuesta
sobre tus mocasines royéndoles la cinta.
Camaleónica niña bonita aunque reniegues,
como un ángel proscrito, en cenizas alzada,
viajas a la Inocencia que ayuna hasta que llegues.
Al jugar a las rondas la muerte te hace muecas
de mofa con ternura, porque eres la espantada
niña que despanzurra llorando a sus muñecas.