Lo que tu mirar desdeña,
la oscuridad se lo apropia,
la noche quiere ser copia
de tu iris, pero pequeña.
Hoy confiéreme una seña:
Mírame mirarte, amiga,
que mi silencio te diga
cómo, cuánto y dónde veo
tus ojos en su apogeo
y cuyo espectro me intriga.