miércoles, 15 de febrero de 2012

Cartilla Sextina 6


Sextina de la musa


Ya que mi musa se ha empeñado mucho
en que la baje de una vez del trono,
no tengo más remedio que hacer caso.
No quiere ya laureles en el pelo
ni entrar en desafíos con las flores,
tampoco alegorías de su cutis.


Quiere ser frívola, cuidar su cutis,
hojear revistas que la embeben mucho
con fotos de galanes no de flores.
Busca en un centro comercial su trono:
el salón de belleza pues su pelo
nueva estética exige en este caso.


No es lo peor ser banal en este caso,
es más que mascarillas en el cutis
o ese arco iris fúlgido en el pelo:
mañana y noche bebe y fuma mucho,
y el pedestal que un día fue su trono
lo demolió y decapitó sus flores.


Ni siquiera un tatuaje hecho de flores
le entusiasma y prefiere en todo caso
un lobo negro idéntico al del trono
de la condesa que cuidó su cutis
con sangre de sus criadas. Temo mucho
que llegue a ahorcarme con su largo pelo.


He birlado a la prensa por un pelo
pues la han visto aspirar, pero no flores,
sino droga que a mí me cuesta mucho
y ya la autoridad sabe del caso,
mas la indultan por ser de excelso cutis
tras poseerla al pie de su alto trono.


Y con tal desenfreno ante su trono,
mi musa ha preferido que su pelo
se pegue sudoroso sobre el cutis:
ruines machos cabríos comen flores
con la venérea gula que en tal caso
a mi musa parece gusta mucho.


Así que no más flores en el pelo,
ni el trono de la musa viene al caso
pues su cutis, el goce ha ajado mucho.