viernes, 9 de octubre de 2020

Yantar de Gesta 13 (Yoko Ono)


Las ensaladas siempre han sido la debilidad de Yoko. Su mística; el verdor es como su sostén espiritual. Algo así como una moral que ella considera superior. Una ética que purifica el alma y el organismo. De preferencia crudas, una mezcla saludable de verduras le ha ayudado a mantener un cuerpo grácil y menudo, carente de sustancias tóxicas; aunque, por supuesto no desdeña la cocción cuando resulta necesario.
Debido a su gusto por las ensaladas, la mujer ya es casi nonagenaria y mantiene un humor excelente.
Es muy parca en cuanto a la sal y el aceite de oliva que le adiciona a sus platos. En su opinión, los aderezos deben ser algo muy elemental, casi rústico. Lo más importante es que la ensalada no tenga nada más y en forma íntegra la sapidez del aliño como si fuera un extracto o un néctar divino.
En casi todas las recetas de Yoko, hay un ingrediente de hoja que en la mayoría de los ocasiones suele ser la lechuga romana. Asimismo las espinacas son frecuentes así como los berros. No suelen faltar el tomate ni las zanahorias. Los champiñones a menudo otorgan un matiz de distinción al platillo.
Por supuesto, las semillas tienen un festivo recibimiento, en especial las de girasol; pero frutos secos como las nueces, las almendras y los cacahuates recién salidos de su cáscara, son también una delicia digna de compartirse. 
A Yoko no le importa ser con frecuencia blanco de burlas y bromas pesadas como consecuencia de sus hábitos culinarios. Pero ella pugna por el bienestar, una vida sana, prolongada y llena de vitalidad con un organismo que se robustece pese a consumir un número menor de calorías, aunque parezca insólito.