Sextina de la Perorata
Egregios ciudadanos de este mitin:
se acerca el día de ejercer el voto
para fijar el rumbo de la patria.
Auguro vientos prósperos de cambio
y prometo justicia para el pueblo
si es que me favorecen en las urnas.
Marchen con pragmatismo hacia las urnas
pues tal es la intención de nuestro mitin:
fomentar el civismo en todo el pueblo.
Soy un caudillo protector del voto.
Prosélitos, pugnemos por el cambio
y no seamos huérfanos de patria.
Ya bien pensado: cada quien su patria.
Corran si hay culatazos en las urnas,
es la señal de un infructuoso cambio.
Mientras beben cervezas en el mitin
les sugiero que sueñen con su voto,
los bostezos le ganan siempre al pueblo.
Gente de este rebaño, que no pueblo:
las encuestas me dicen que la patria
quiere a alguien carismático. Su voto
mostrará que soy célebre en las urnas.
Veo gente mugrienta aquí en el mitin
que se imagina un inaudito cambio;
permanecer igual también es cambio
según ciertos retóricos del pueblo
quienes mediante el bla bla bla en un
mitin
—su excrementicia burla de la patria—
quieren lanzarse al estrellato. Las urnas,
son la escenografía para el voto.
Hagamos una mística del voto,
no un pasatiempo sino un don en cambio,
no un juego vil sino el deporte de las
urnas
como épico torneo para un pueblo
que eructa ron vulgar que huele a patria
y confunde una juerga con un mitin.
Prometo un cambio mágico en las urnas,
un sutil fraude al pueblo y a la patria
con un voto tahúr después del mitin.