viernes, 4 de enero de 2013

Vericuentos 11 (Génesis)



En el principio creó Dios el espacio-tiempo y una cosa muy singular a la que llamó en forma muy atinada "singularidad". A este conjunto incomprensible le dio forma curva y color oscuro, además de un valor de 10-43 segundos, que millones de años más tarde un señor llamado Planck describiría como "cronón", la unidad de tiempo más pequeña que existe.
Dijo Dios: "Haya una partícula densa e infinitisimalmente diminuta que contenga las fuerzas del Universo", y brotó algo así como una esferita muy simpática con una temperatura inimaginable y de unos 10-33 centímetros la cual albergaba además la totalidad de la materia que conformaría todas las cosas, incluidos nosotros los humanos.
Vio Dios que el espacio-tiempo y la esferita estaban bien y los bendijo.
Luego dijo Dios: "Expándase la esferita y que disminuya su temperatura". Y la expansión tuvo lugar y la temperatura bajó dando paso al surgimiento de las partículas subatómicas.
Vio Dios que las partículas subatómicas estaban bien y a las que llegarían a ser más famosas las denominó "quarks, protones, neutrones y electrones". Extrajo su calculadora, obtuvo algunos números, dedujo ecuaciones y modelos matemáticos abstrusos y de nuevo, bendijo a las partículas.
Dijo Dios: "Que se combinen los quarks, los protones, neutrones y electrones para formar los átomos a nuestra imagen y semejanza que no igualdad". Y aparecieron los átomos con caóticos movimientos.
Vio Dios que los átomos estaban bien y los bendijo.
Dijo Dios: "Que los átomos se asocien para que surjan los elementos". Y comenzaron a formarse los elementos.
Vio Dios que los elementos estaban bien y los bendijo, y al conjunto de ellos llamó "Tabla Periódica".
Vio Dios cuanto había hecho, y toda estaba muy bien. De hecho se aplaudió a sí mismo congratulándose, rodeado de su recién inaugurado pero incipiente cosmos. De pronto se sintió cansado por tanto esfuerzo cuántico divino y se dispuso a descansar diciendo: "Ahora que la Naturaleza siga su curso y haga el resto. Que se las arreglen solos. Yo me voy a dormir a mi dulce aposento de infinitud y eternidad". Después colgó un cartel de advertencia: "No Molestar". 

sábado, 1 de diciembre de 2012

Diezmos 11



Querube

Te pareces a una nube:
no te gusta repetirte,
cuando quiero describirte
ya cambiaste y no te tuve.
En tu boca hay un querube,
un ángel que va sin brazos
y encubre los navajazos
de su evasivo aleteo
para engendrar el deseo
con un beso hecho pedazos.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Voluntad de yerro



º Herrar es humano.
  (antiguo proverbio equino)

º Para desarrollar el gusto estático, nada mejor que la escultura.

º Tus gextos son muy herméticos.

º Se solicita secretaria con experiencia en ingles.

º Lo ejecutaron tras un juicio sumerio.

º Me duele encima de mi hombre.

º Conozco el terreno palomo a palomo.

º Amo tu pereza de corazón y tu sinseriedad.

º El festejado murió aparentemente de un ataque celebrar.

º Por favor, una limosina para este pobre ciego.

º Me equivoqué varias voces en la misma frase.

º Nuestras vidas son los ríos que van a dar al bar que es el beber.

º Tiene corazón de haz cero.

º Intentar lo absurdo para lograr lo impasible.

º El pueblo hundido jamás será vendido.

º No pienses de dónde tienes sino a dónde das.

º Escribir sesenta y nueve y no 69 es una vergonzosa falta de pornografía.

º Para llegar a toda la saciedad, el gobierno empleará todos los miedos de comunicación.

º El hombre pospone y Dios depone.

º Y todo por tu amoral prójimo.

º No hay otro Dios sino Dos.

º Ayer, la Cancillería Apostólica dio a conocer la más reciente Burla Papal.

º En su tratado de Arte Re-erótica, Aristóteles aspira a proporcionar los recursos técnicos para alcanzar la maestría oral.

º  Me asusta cuando fallas porque estás como impotente.

º Se equivoca una y otra vez pero no se da por vencido: tiene voluntad de yerro.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Soneto muu muuu trijte No. 2



Este alegre dolor de ser tan triste
Clarilda Oliver Labra

Yo sufro con anómalo cariño
este alegre dolor de ser tan triste,
a esta jaula de pájaro me ciño
bien avenido a mi ración de alpiste.

Aunque a veces, eufórico, me riño,
mi esencia melancólica persiste.
El trágico que soy saca un corpiño
de corista: combino drama y chiste.

¡Qué se ha de hacer! Histrión de baja estofa
repito mi papel sin pretensiones
con cinta de medir en cada estrofa.

Triste en todo mi espectro de emociones
-vuelvo a decir con lastimera mofa-.
Triste en sus numerosas acepciones.

viernes, 12 de octubre de 2012

Victoria brillante





Se sabe que muy joven aún, aprendió en Mesopotamia los ciclos lunares y predijo eclipses. De vuelta en su ciudad natal obtuvo un módico respeto de los más encumbrados sabios. Tenemos informes de su infancia y sus precoces aptitudes. Un rollo de papiro en griego (circa II a.n.e.) con caligrafía anónima, habla de ella en estos términos: "Una niña tesalia contemplaba día y noche el cielo. Sentada en el borde del puente sobre el río Peneo, su mayor regocijo era balancear los pies con los ojos puestos en las alturas". El texto refiere también cómo la niña pudo aprender por sí sola el manejo del gnomon o reloj de sol ancestral: una simple varita de madera incrustada en la tierra y rodeada de pedruscos en círculo. Sus primeras observaciones astronómicas las hizo valiéndose de este instrumento. Dedujo sin ayuda de nadie, que la dirección permanente tomada por la sombra más corta en todos y cada uno de los días indicaba el norte; partiendo de ahí era fácil señalar los restantes puntos cardinales.
No obstante, su afán autodidacta y falta de experiencia la llevó a poner en peligro su salud. Tras observar al sol con fijeza durante largo tiempo una tarde nítida y sin nubes, la aquejó una ceguera súbita y total. Los gritos de espanto llamaron la atención de un peregrino. Fue necesario llevarla en brazos a su casa. No pudo concebirse otro remedio para contrarrestar el daño que mantener a la niña en un aposento por completo a oscuras. No le fue permitido recibir visitas de su amado sol durante una semana. En forma gradual recobró la vista, se mantuvo tranquila un tiempo pensando en cómo mejorar su reloj y entonces pudo volver a sus observaciones. Su nombre: Aglaonike. "Victoria brillante". La primera astrónoma de quien se tiene conocimiento.


jueves, 11 de octubre de 2012

Rezo




Maestro
deseo que ella sea mía
por ello rezo
sobre mis rodillas
sobre mis vergüenzas
sobre mis sacros pecados
mi vileza la purificará

La niña se fue de pinta por la calle Santa María




Pues eso. Que Cristoforo Colombo nunca dijo que la Tierra era redonda. El mito fue inventado alrededor de 1620 y lo divulgó hasta el cansancio un escritor estadounidense de nombre Washington Irving. La forma esférica del planeta se conocía desde Eratóstenes entre los siglos III y II a.n.e. Incluso desde Pitágoras (sin método científico que lo sustentara) se sospechaba de la redondez terrestre. De modo que las personas con una mediana cultura en el siglo XV (Reyes Católicos incluidos) sabían en dónde estaban parados.
El argumento insensato de Colón para obtener financiamiento fue que la Tierra era más pequeña de lo que se pensaba y, por tanto, una ruta distinta para llegar a Asia era posible.
De hecho, Colón pensaba que la Tierra tenía (nada de risas ¿eh?) aspecto piriforme. "Quizás el mundo no es como se lo describe, sino que tiene forma de pera, esto es, redonda en todas partes salvo cerca del tallo, donde se proyecta mucho; o como una bola redonda con algo parecido al pezón de una mujer en algún lugar...". Con esas palabras, el muy degenerado.


Ah, y el nombre del continente no se debe ni a Amerigo Vespucci ni a Richard Ameryk, sino que tal honor corresponde una tabernera del Puerto de Palos de nombre América a quien los navegantes apodaban en forma cariñosa y con ese tacto proverbial de los hijos de la mar, "La Pechugas".