Mi gran ancestro Caín, tuvo la idea de utilizar sangre como fertilizante en el cultivo de hortalizas. Fue todo un hallazgo para la industria alimenticia. Mi abuelo el Rey David me enseñó a cazar faisanes con la honda. En sus banquetes, los comensales celebraban mi puntería. La bella Jezabel, familiar de estirpe en entredicho a quien gustaban mucho los perros y asomarse a las ventanas, puso como condición en su testamento que me alejara de las sectas de fanáticos, agrupaciones esotéricas y quemara mis libros de superación personal. Mi padrino Herodes construyó un magnífico parque de juegos mecánicos en el centro de Judea e hizo trasladar el zoológico de mi pariente Noé para añadir atracciones. Caramelos y refrescos gratis entre toda la niñez del reino. Mi primo Poncio Pilato se ha hecho magnate vendiendo gel antibacterial para las manos, mientras que mi tío Barrabás acaba de instalar un despacho jurídico para defender a los presos políticos de bajos recursos. Mi hermanastro Judas Iscariote mantiene una amplia red de patrocinadores mediante las cestas de limosna, para sus actividades como informador de los regímenes totalitarios. La verdad no entiendo porqué María Magdalena rechaza mi solicitud de matrimonio.