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jueves, 12 de abril de 2018

Estado de sitio



Estado de sitio

Débil, arrinconándome la Vida
con un trozo de vidrio en la garganta
en un sórdido túnel sin salida,

su sombra fantasmal se me agiganta;
la intrepidez se me ha desvanecido,
tengo angustia y no puedo hablar de cuánta.

Ya casi es un dialecto mi gemido,
un estertor agónico e inconexo
sin una ubicación en el olvido.

Me he humillado teatral y genuflexo
ante el Azar que toma decisiones
sin permitir el más remoto nexo

con lo que otrora fueron ilusiones,
como cuando un revés determinante
acaba con la fe de que dispones.

Muere una convicción en un instante,
un ideal de cáscara compacta
se vuelve añicos con afán mutante.

Ya con la egolatría tumefacta
ante los trances más inofensivos
toda nuestra bravura se retracta.

La penumbra no deja espejos vivos,
sólo tiene oquedad en torno suyo
y una serie de cultos expiativos.

En madriguera tal me disminuyo,
como una bestezuela temerosa
dentro de un esperpéntico capullo.

Se ha vuelto mi habitáculo esta fosa
de taciturnidad y aquejamiento
porque el mundo colérico me acosa.

Es una abdicación, no me arrepiento
de claudicar al pie de un precipicio
sitiado por un mal presentimiento.

Acontezco en un ámbito ficticio,
en medio de pretéritas quimeras
cuando a solas les hablo y acaricio.

El miedo es de costumbres pendencieras,
sientes que su negrura es un vil hado,
como un dios que aguardara a que te mueras.

Cogiendo un rumbo exótico he arribado  
a un túnel sin salida y sin retorno,
de mucho a poco y nada me degrado.

Como síntoma grave de trastorno,
creo que tengo un témpano a mi lado
a juzgar por mi gélido contorno
o tal vez por mí mismo estoy sitiado.

viernes, 19 de agosto de 2011

Tanta Tinta Tonta

1. (Ven)

Ven siempre
cual eres
muy tú

ven tuya
avara
de ti

ven toda
sin peso
ni edad

ven siempre
ven antes
ven hoy

ven mucho
de nuevo
después.

2. (Casida)

Se parece a la noche:
abyectamente pura
como el confesionario
que sabe de lujuria.

El cuenco de sus manos
es más reconfortante que sus labios.

Sus poses restituyen
aquel placer siniestro
de las antiguas nobles
que provocaban duelos.

Una vez me ha tocado
y con mi sangre me dejó tatuado.

3. (Boca)

Boca que susurra
como una colmena
boca que promete
carnales querellas.

Boca que me ciñe
con húmedas redes
irrigando fresca
nata trasparente.

Boca que insinúa
dos batientes gajos
que han de redimirse
dando navajazos.

4. (Te contengo)

Te contengo
como un sobre
como un cáliz
cual si fueras
vino brusco.

Te contengo
como un nido
como un cofre
que custodia
tus secretos.

Te contengo
como un cauce
como un puño
que apretuja
una dádiva.

5. (Coramorazón)

Está vacío
está cerrado
y sin moverse
oscuro está
inmaterial
no huele a nada
tan apartado
y silencioso
que infunde miedo.

viernes, 4 de junio de 2010

Fanfarria para un hombre común



Ser un hombre común es mi derecho,
con mi vivienda a plazos y mis vicios,
propósitos de enmienda y de ejercicios,
sonrisa gris y un dedo contrahecho.

Con femeninos dardos en el pecho
al amor he brindado mis servicios,
y es quizá, de entre todos mis oficios,
del que menos pensé sacar provecho.

Me abstraigo, leo, canto, voy al cine,
a veces soy —a veces— buena gente
con algunos, y no es que discrimine.

Con mañas hallo tiempo insuficiente
para lo que es, supongo, a lo que vine:
gozar, para que conste en mi expediente.



“Sonetos amoristas” primer poemario de los dos integran el libro presenta como estrategia discursiva el humor invocado por un sujeto lírico que cuenta episodios de su vida en relación con la mujer a la que aspira, la que llega a ser su pareja, y aun aquella de la que se despide con un recado en el refrigerador; “Xonetos”, el segundo poemario también tiene como centro visual al mismo sujeto irónico que, sin embozos y según su estado de ánimo se contempla en aguas narcisistas, lanza un S.O.S. o vaticina su muerte, “de la afección más grata:/ de un mujeril y puro incitamiento/ estirando mi pene y no la pata”.
(Sinopsis de la Editorial)