jueves, 12 de julio de 2012

Reglamento para reglamentar

1. Toda regla deberá apegarse estrictamente a las reglas.

2. La regla no podrá modificarse por ningún motivo, a menos que lo permitan las reglas.

3. En caso de dos reglas opuestas entre sí, ambas deberán aplicarse con el mismo rigor y celo.

4. Las reglas no podrán romperse, salvo que se trate de la excepción a la regla.

5. Las reglas serán para que uno se sienta importante diciendo: "las reglas son para romperse".

6. Una cosa será enumerar razones para romper una regla y otra tener razones para romperla.

7. La excusa reglamentaria deberá ser siempre: "yo no inventé las reglas".

8. En caso de que no haya reglas, tal circunstancia deberá quedar claramente estipulada en el reglamento.

9. En aras de la individualidad y la armonía, que cada quien obedezca sus propias reglas y respete las ajenas.

10. Cualquier regla no prevista en el presente reglamento... pues cada uno verá cómo se las arregla.

miércoles, 27 de junio de 2012

Ypatia, la gorgona de Alexandria




Van a lincharte. No solo les irrita tu facundia. Creen que eres aliada de la secta maligna, idólatra de íncubos. Que practicas magia dañina con fórmulas, números y teoremas. Tus cálculos son el mapa de un reino de tinieblas. La ciencia es lo propio de una hetera impía. Si el saber es tu religión, estás condenada. Confundes tierra firme con el fango. No has aprendido a desconfiar de tu instinto. Tus inventos son vehículo del mal y cuando desde el faro miras el firmamento es para convocar una calamidad. Alejandría ya no es territorio seguro: vienen por ti. Traen un nuevo dogma: intolerancia. Erudición en mente de mujer es contranatura. Tú y tu cogitaciones filosóficas profundas: ¿De qué modo es “Así”? ¿Cuándo es “Ahora”? ¿Dónde queda “Ahí”? ¿A qué hora es “Ya”? Son cristianos. Perdónalos, no saben lo que hacen. Quieren rasgar tu ropa y después arrastrarte desnuda por las calles. Con afiladas conchas de ostra cortarán tus pechos tal como el Cono de Apolonio. Un escriba referirá: Ella, con resplandor propio encendió su hoguera. La turba: contenta, como siempre que la satisfacción es proporcional a la estupidez.




lunes, 18 de junio de 2012

Diezmos 10


Décima pilarcaica quasi mística con prosilla castellana


¿Dó vas oy tan garridica
dexándome congoxoso?
¿Buscáis galán o un esposo
con tu ajuar de pastorcica?
¿Por qué huysme, qué os pica,
si a la çaga de tu huella
aqueste cuerpo resuella?
No esperéis una guirnalda:
dejad caer vuestra falda
que os quitaré lo doncella.

martes, 12 de junio de 2012

Charcos 1

fin del chubasco
tras tu andar por las calles
guiñan los charcos

trémulo charco
la mujer con paraguas
¡lo turba tanto!

¡cuán caluroso!
una mujer con falda
brincando un charco

tu pie en un charco
tu ondulante pisada:
agua de encanto

fin del chubasco
coquetando a las damas
guiñan los charcos

jueves, 31 de mayo de 2012

Exposición de un coleccionista (Cuadro primigenio)



Cuadro primigenio

El arte de la pintura empieza con un punto. Una serie de puntos da lugar a una línea y después tenemos un plano. De tal modo lo afirma Leonardo da Vinci y no soy quien para contradecirlo dado mi nivel de coleccionista aficionado. Ese es el punto.
El título del cuadro que generosamente comparto es “Cero a la izquierda – Cero a la derecha”, título muy elaborado para mi gusto. Fue adquirido en un tianguis de mi barrio, dentro de las actividades organizadas en la colecta anual de la Cruz Roja. Ejerzo mi derecho a no difundir autor ni precio para no trastornar el mercado internacional de las obras pictóricas, tan proclive a las transacciones especulativas. A últimas fechas las telas de encumbradas galerías y colecciones privadas se tasan con montos enormes. Por otra parte las falsificaciones también están a la orden del día.
Como puede admirarse, el cuadro no carece de profundidad pese a ser todo centro que se convierte en eje como corresponde a un punto. Destaca también por su expresión contenida carente de contenido. Su tácita exuberancia emana de la evocadora noción de aquella partícula primigenia, infinitesimalmente pequeña que en teoría dio origen al universo. De ahí su densa gama espacial. Casi la Nada, que es, a un tiempo, la No-Nada y lo que resta. Lo que es simple se vuelve complejo, es decir, complejo de inferioridad. Con una clara tendencia preultraneobarroca el artista logra temperar el rigor técnico y los matices propios de las perturbadora y perturbada escuela cientificista; lo que ocurra primero. Amén.
La obra estuvo perdida algunos años pero lo intrigante es que figuraba en el índice de adquisiciones de dos importantes museos británicos. Entre algunos críticos se decía haberla visto en la sala de espera de un dentista groenlandés. Sus características fueron referidas en  respetables boletines de arte sin que nadie fuera capaz de dar cuenta de su paradero. Por desgracia fue encontrada.

lunes, 21 de mayo de 2012

Cartilla Sextina 7




Sextina del retoque

Como cualquier artista que se jacte
de ser capaz de un mínimo de tacto,
retoco a mi modelo pues su fama
en la posteridad depende de ello.
Pero hay que hacerlo bien, sin que se note
la chapuza, el favor; no hacer un timo.

Es una cirugía, nunca un timo.
Hay que hacer que la fémina se jacte
de su belleza y todo el mundo note
que el lienzo o la escultura son al tacto
como la original. Me empeño en ello
con tal de que mi amor me traiga fama.

Leonardo y Miguel Ángel tienen fama
porque cubrir defectos no fue un timo,
sus musas lo agradecen, prueba de ello
es que ninguna hay que no se jacte.
Todo fue proceder con gracia y tacto
para que el hombre de hoy ni un fallo note.

Para que su ojo miope no se note
le he quitado las gafas, tienen fama
de poco seductoras y es por tacto
que hago nívea su tez no es simple timo
para que su ego anémico se jacte
del celo en que al plasmarla pongo en ello.

Su andar, es menester hacer con ello
algún truco sutil, que no se note
su pie zambo. Si quiere que me jacte
de mi obra y que la encumbre hasta la fama
sus piernas puliré pues no es un timo
darles fulgor y suavidad al tacto. 

Y aunque parezca abuso tanto tacto,
es ética y pudor no ahondar en ello:
porque sus pechos vastos son un timo
la cicatriz haré que no se note
y así postizos ganarán la fama
para que ella inmortal de sí se jacte.

No es que me jacte de prevista fama
mas no confundo al tacto con el timo
y ello el Parnaso espero que lo note.

martes, 15 de mayo de 2012

Winona uñas largas


Comencé desde muy pequeña robando barras de chocolate en la tienda de la esquina. En realidad a mí no me gustaban los dulces por lo que se los ofrecía a los niños pobres del barrio que, harapientos, iban de un lugar a otro, haraganeando en lotes baldíos o en busca de alguien a quien gorronearle una moneda. Luego el impulso me vino cada domingo en la iglesia. Mi objetivo: el cesto de las limosnas. El párroco era un papanatas. Igual yo terminaba repartiendo el botín entre los vagos del rumbo ya que el dinero me era indiferente pues nunca anduve corta de fondos. En las casas de mis amigas no sé porqué me dio por llevarme las trusas y calzones de sus papás. En tal caso no me era posible andar por ahí regalando paños menores en la vía pública, por lo que, yo muy magnánima, los donaba al asilo de ancianos. En los hoteles no dejaba nada a la hora de partir: jabones, frascos de champú, toallas, batas, papel sanitario, plancha, la Biblia en el cajón, la secadora para el pelo, los sobres y hojas para la correspondencia, bolígrafos. La caja fuerte era muy complicado.
El problema fue en el almacén de Nueva York. Tenía blusas de sobra ¿para qué meter en mi bolso un vil trapo de lentejuelas de mil dólares? ¿En qué cabeza cabe coger un lápiz labial carísimo cuyo tono ni siquiera va con mi tipo de cara? ¿De dónde obtuve la idea de hurtar un bikini fosforescente si ni siquiera sé nadar? ¿Y ese horrible sostén de señora cuando yo todavía compro los míos en el departamento de adolescentes?
Y el policía, muy lindo, pidiéndome un autógrafo antes de arrestarme.