domingo, 19 de agosto de 2012
Tienda de perfumes
Mujer, ven a mi tienda de perfumes.
Verteré tus modales en un frasco
para que al viento espléndida sahúmes
con el hialino efecto de un chubasco.
En reciprocidad te haré una esencia
que robustece el ánimo amoroso,
una colonia de salaz influencia:
el rob espiritual con que te endioso.
Tendrás en mi almacén prerrogativas
ungiéndote mis bálsamos y sales
para que amor, salud y un don recibas
del misterio de extractos ancestrales.
Confiérete el placer -y sé egoísta-
de tu impar y exclusivo perfumista.
sábado, 21 de julio de 2012
Cartilla Sextina 8
Sextina del
miedo
Con revólver
persígnase la noche
para escupir su
oráculo de muerte,
no hay más
trinchera en la ciudad que el miedo,
perdió su brújula
el lugar del crimen.
Caminar distraído
por la calle
es un recuerdo.
Sal portando un arma.
Acaricia a tus
hijos con un arma,
pues yendo en
los pasillos de la noche
no va a
escoltarte Dios en cada calle
si se anuncia
con gárgaras la muerte.
El hampa en lid,
los diáconos del crimen
te darán pus de
plomo para el miedo.
Un tintero de
voces tiene el miedo
y un lingote de
fango pesa un arma,
decapitar es épica
del crimen
cuando reparte
naipes la atroz noche
y cuelga el
pergamino de la muerte
en las márgenes
rojas de una calle.
Endriagos de
metrópoli en la calle
orinan en capítulos
de miedo,
por cada
reverencia de la muerte
es ungida con coágulos
un arma
que gotea en los
filos de la noche
el fétido dolor
de un raudo crimen.
Siluetas de humo
pautan contra el crimen
exigiéndole al
odio que se calle.
Tatuada de cadáveres,
la noche
es asfalto
podrido por el miedo
que transita rascándose
con su arma
el gatillero
andante de la muerte.
Vicio de
masturbarse con la muerte
el de las
bestias báquicas del crimen;
es un muñón lo
que sostiene el arma
tras un gruñir
porcino a media calle
y los gusanos fúnebres
del miedo
devoran la
careta de la noche.
El crimen hiede
a séquito de muerte,
calibra tu arma
al ir por esa calle
donde el miedo
babea cada noche.
jueves, 12 de julio de 2012
Reglamento para reglamentar
2. La regla no podrá modificarse por ningún motivo, a menos que lo permitan las reglas.
3. En caso de dos reglas opuestas entre sí, ambas deberán aplicarse con el mismo rigor y celo.
4. Las reglas no podrán romperse, salvo que se trate de la excepción a la regla.
5. Las reglas serán para que uno se sienta importante diciendo: "las reglas son para romperse".
6. Una cosa será enumerar razones para romper una regla y otra tener razones para romperla.
7. La excusa reglamentaria deberá ser siempre: "yo no inventé las reglas".
8. En caso de que no haya reglas, tal circunstancia deberá quedar claramente estipulada en el reglamento.
9. En aras de la individualidad y la armonía, que cada quien obedezca sus propias reglas y respete las ajenas.
10. Cualquier regla no prevista en el presente reglamento... pues cada uno verá cómo se las arregla.
miércoles, 27 de junio de 2012
Ypatia, la gorgona de Alexandria
Van a lincharte. No solo les
irrita tu facundia. Creen que eres aliada de la secta maligna, idólatra de íncubos.
Que practicas magia dañina con fórmulas, números y teoremas. Tus cálculos son
el mapa de un reino de tinieblas. La ciencia es lo propio de una hetera impía. Si
el saber es tu religión, estás condenada. Confundes tierra firme con el fango.
No has aprendido a desconfiar de tu instinto. Tus inventos son vehículo del mal
y cuando desde el faro miras el firmamento es para convocar una calamidad.
Alejandría ya no es territorio seguro: vienen por ti. Traen un nuevo dogma:
intolerancia. Erudición en mente de mujer es contranatura. Tú y tu cogitaciones
filosóficas profundas: ¿De qué modo es “Así”? ¿Cuándo es “Ahora”? ¿Dónde queda
“Ahí”? ¿A qué hora es “Ya”? Son cristianos. Perdónalos, no saben lo que hacen.
Quieren rasgar tu ropa y después arrastrarte desnuda por las calles. Con
afiladas conchas de ostra cortarán tus pechos tal como el Cono de Apolonio. Un
escriba referirá: Ella, con resplandor propio encendió su hoguera. La turba:
contenta, como siempre que la satisfacción es proporcional a la estupidez.
lunes, 18 de junio de 2012
Diezmos 10
Décima pilarcaica quasi mística con prosilla castellana
¿Dó vas oy tan garridica
dexándome congoxoso?
¿Buscáis galán o un esposo
con tu ajuar de pastorcica?
¿Por qué huysme, qué os pica,
si a la çaga de tu huella
aqueste cuerpo resuella?
No esperéis una guirnalda:
dejad caer vuestra falda
que os quitaré lo doncella.
martes, 12 de junio de 2012
Charcos 1
fin del chubasco
tras tu andar por las calles
guiñan los charcos
trémulo charco
la mujer con paraguas
¡lo turba tanto!
¡cuán caluroso!
una mujer con falda
brincando un charco
tu pie en un charco
tu ondulante pisada:
agua de encanto
fin del chubasco
coquetando a las damas
guiñan los charcos
tras tu andar por las calles
guiñan los charcos
trémulo charco
la mujer con paraguas
¡lo turba tanto!
¡cuán caluroso!
una mujer con falda
brincando un charco
tu pie en un charco
tu ondulante pisada:
agua de encanto
fin del chubasco
coquetando a las damas
guiñan los charcos
jueves, 31 de mayo de 2012
Exposición de un coleccionista (Cuadro primigenio)
Cuadro primigenio
El arte de la pintura empieza con
un punto. Una serie de puntos da lugar a una línea y después tenemos un plano.
De tal modo lo afirma Leonardo da Vinci y no soy quien para contradecirlo dado
mi nivel de coleccionista aficionado. Ese es el punto.
El título del cuadro que
generosamente comparto es “Cero a la izquierda – Cero a la derecha”, título muy
elaborado para mi gusto. Fue adquirido en un tianguis de mi barrio, dentro de
las actividades organizadas en la colecta anual de la Cruz Roja. Ejerzo mi
derecho a no difundir autor ni precio para no trastornar el mercado
internacional de las obras pictóricas, tan proclive a las transacciones
especulativas. A últimas fechas las telas de encumbradas galerías y colecciones
privadas se tasan con montos enormes. Por otra parte las falsificaciones
también están a la orden del día.
Como puede admirarse, el cuadro
no carece de profundidad pese a ser todo centro que se convierte en eje como
corresponde a un punto. Destaca también por su expresión contenida carente de
contenido. Su tácita exuberancia emana de la evocadora noción de aquella
partícula primigenia, infinitesimalmente pequeña que en teoría dio origen al
universo. De ahí su densa gama espacial. Casi la Nada, que es, a un tiempo, la
No-Nada y lo que resta. Lo que es simple se vuelve complejo, es decir, complejo
de inferioridad. Con una clara tendencia preultraneobarroca el artista logra
temperar el rigor técnico y los matices propios de las perturbadora y perturbada
escuela cientificista; lo que ocurra primero. Amén.
La obra estuvo perdida algunos
años pero lo intrigante es que figuraba en el índice de adquisiciones de dos
importantes museos británicos. Entre algunos críticos se decía haberla visto en
la sala de espera de un dentista groenlandés. Sus características fueron referidas
en respetables boletines de arte
sin que nadie fuera capaz de dar cuenta de su paradero. Por desgracia fue
encontrada.
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