Está la noche quieta en mi ventana
Y no se piensa mover hasta mañana
Lola Quiroga
Está la noche quieta en mi ventana,
como una centinela bienhechora
y no piensa moverse hasta mañana.
Me brinda confidencias y se afana
diciéndome misterios que atesora:
está la noche quieta en mi ventana.
Una estrella fugaz, cual filigrana,
me mira, hace una pausa, se demora
y no piensa moverse hasta mañana.
Soliviantando mi médula asturiana,
como una institutriz o mi tutora
está la noche quieta en mi ventana.
La noche, no por fatua, se engalana:
viene a verme modosa y soñadora
y no piensa moverse hasta mañana.
Con carita de negra porcelana,
me asegura que soy como una aurora:
está la noche quieta en mi ventana
y no piensa moverse hasta mañana.