lunes, 16 de marzo de 2015

Cuaderna vía


Te escribo y las palabras se enfrascan en peleas,
quiere ser cada una la primera que leas.
Pretenden galantearte, las bellas y la feas;
se enuncian casi a gritos con tal de que les creas.

Sí, ya hay suficientes desgracias en el mundo,
con tristura lo dices y —claro— te secundo
mas tu persona tiene un encanto profundo:
vuelves a un alma estéril en un ente fecundo.

Quisiera que a mis sueños llegaras de visita
algo más a menudo, irrumpiendo sin cita.
Reverdecer tú puedes la ensoñación marchita
que el vivir cotidiano, monótono, me quita.

Sobre el papel, contigo, intento ser festivo,
tutearme con tus ojos es el mejor motivo,
si comparecen penas, pienso en ti y las esquivo
aunque tú yo sabemos que no es definitivo.

Quisiera que a mis sueños llegaras sin llamado
digamos... cada noche, volando, a pie o a nado.
Quiero que mi onirismo se quede a tu cuidado:
no deseo ver otro tornado anaranjado.

Monterrey - Cd. de México - La Habana