sábado, 21 de marzo de 2015

Pan



Quisiera hacer harina de mis huesos
para dejar un pan en cada puerta,
en epopeya anónima encubierta
por grillos nocturnales y traviesos.

Pan para los pacíficos confesos
y los que hacen del hambre su reyerta;
para los mancos con la mano abierta,
los don nadie y los raudos patitiesos.

Horneado a medio pecho con la lumbre
de la humildad novata y repentina
que el quebranto después hace costumbre.

Haré del pan mi más casto amorío
e iré con una máscara de harina
dejando en cada umbral un grano mío.