viernes, 22 de abril de 2011

Hieros Gamos

Image and video hosting by TinyPic

Mientras llega el ocaso y los pescadores vuelven a lanzar sus redes, yo te aguardo, asumiendo la misma postura con que solía escucharte. El jardinero está dormido. El huerto huele a palabras que no dijiste. Esperaré sin tiempo. Mi fidelidad fue profetizada por un fulgor andrógino. He abandonado la lectura de los viejos pergaminos. Carne, espíritu e intelecto son las semillas de mis visiones. Soy la mensajera de tus acólitos perdidos. Plenitud de plenitudes.
Tras cumplir con el mandato de ser fructíferos, ¿nunca más volveré a tocarte? Quiero ungirte con bálsamo de nardos. Mi piel huele a ti, he aquí mi atavío. Mi alma va en pos de ti, allá es mi guarida. Mi mente está en ti, he ahí mi tesoro. Fe recibe, Amor da. Yo te espero. No temo. No pienso llorar como una magdalena. ¿Por qué lavar con lágrimas los pies de quien no ha de ensuciarse?