jueves, 17 de septiembre de 2015

Yantar de Gesta 5 (Receta del machacado con huevo)


Se pone a hervir aceite a fuego lento
mientras se pica rasa y finamente
cada usual y patriótico ingrediente:
un tomate, cebolla y chile cruento.

Se pone carne seca a cocimiento
en la sartén —¡cuidado!, está caliente—
se agrega lo picado previamente
y se aspira el aroma suculento.

Se adicionan dos huevos y se bate
de manera uniforme todo el guiso
ajustando la flama de la hornilla.

Se sirve y si apetece un buen remate
le sugiero —y no haga caso omiso—
saborear este plato con tortilla.

Nota del chef:

El machacado consiste en tiras muy finas de carne seca de res. Se deshidrata a la intemperie con sal y jugo de limón. El machacado con huevo es una comida típica del norte de México (Monterrey, pa' más señas). Los ingredientes más comunes de la dieta mexicana son el tomate, la cebolla y el chile; los cuales, además conforman los colores de la bandera: rojo, blanco y verde. Lo que nosotros llamamos tortilla es una delgada rueda de harina de maíz (también las hay de trigo) e infaltable pan nuestro de cada día a toda hora y en cualquier lugar y circunstancia.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Diálogo con C.3.3. (Sobre la conversación)


C33. Es Oscar Wilde. Al entrar en la prisión de Reading no era llamado por su nombre sino reo C.3.3. (bloque c, piso 3, celda 3).

LM. Inflatius sanctissumus vir et pessimos de mercatum (un sssagerao santísimo varón y lo peorcito del mercao).


LM.—Vamos a ponernos profundos.
C33.—Adelante, Luis Mariano. Te escucho.
LM.—Bueno, no me refería a charlar sino a algo más introspectivo.
C33.—¿Acaso desdeñas el arte de la conversación?
LM.— No, pero el deleite al hablar puede desvanecerse durante un diálogo desabrido.
C33.—Difiero un tanto con tu punto de vista. Es verdad que hablar no es lo mismo que mantener una conversación pero, a mí me gusta mi propio parloteo aunque no diga nada. Adoro mi facundia.
LM.—Bien sé que te gusta chacharear contigo mismo aunque te resultes incomprensible. Pero con tanta locuacidad cualquiera pierde la facultad de ponderar las palabras.
C33.—Es porque no tienes encanto. Tus modos taciturnos te mantienen en silencio mucho tiempo. Y lo más gracioso es que te contradices aun cuando no profieres palabra alguna. En cambio yo, termino jadeante cuando permanezco callado por largos períodos. 
LM.—El problema es que te esmeras mucho en agradarte a ti mismo, de ahí tu frustración. 
C33.— Te equivocas. Prefiero mil veces mis ingeniosas palabras que las insulseces del prójimo. Yo nunca me decepciono. Mi secreto estriba en no decir nunca lo que pienso en realidad.
LM.—El arte de mentir.
C33.—El escamoteo más bien. La verdad llana carece de interés.
LM.—De acuerdo.
C33.—Por algo en la Grecia antigua, durante las cabriolas de los retóricos, quien destacaba era el más fluido, el de estilo más exquisito no quien pretendía propagar verdades. En las embestidas aleccionadoras siempre se corre el riesgo de quedar en ridículo.
LM.—Es cierto. Jesucristo fue vencido dialécticamente por una humilde samaritana quien lo único que le pedía era sanar a su hija.
C33.—Y se vio obligado a curarla a pesar de ser una gentil porque reconoció su talento para la palabra.
LM.—Y eso que Jesús le habló con parábolas que según él, ella no comprendería.
C33.—Admitámoslo, Luis Mariano, lo mejor es hablar de cosas que uno no sabe.
LM.—Pero, hombre...
C33.—No lo dudes. Los mejores libros de viajes y de historia fueron escritos por individuos que nunca pusieron un pie fuera de su casa. En los diálogos de sobremesa, las personas más fascinantes son quienes hablan de cosas que nunca vieron, las que narran hechos de los cuales nunca fueron testigos, las que se atienen a contar algo sin caer en la pedantería de convencer a los demás de una verosimilitud apoyada en la lógica, el sentido común.
LM.—Eso es fácil. Hay mucha gente que lo hace. Basta con leer los periódicos para referir un hecho con tanto aplomo como si se hubiese presenciado.
C33.—No seas rústico. A veces olvido de qué país provienes. Tu estólido carácter te incapacita para ser un buen conversador. Hay que conversar como si nos importara un comino todo lo que decimos.
LM.—Justamente te iba a decir que me importa un carajo todo tu rollo.
C33.—Todas tus intervenciones en nuestra plática, Luis Mariano, son absolutamente estúpidas, por ello a veces me resulta tan interesante lo que dices y te escucho con atención rayana en el embobamiento.
LM.—Como te dije al principio: vamos a ponernos profundos.




jueves, 27 de agosto de 2015

Pisadas



º
Fruye la playa:
tu pie se vuelve espejo
de miel maciza.
Se me enarena el pulso
al ir tras tu pisada.

º
Dejas tu avance
en la apretada arena,
tu peso ausente.
Sólo queda el azúcar
de tu planta radiante.

º
Calzas arena
y a tu talón persigo
con alta espuma.
Tus pies son los que rigen
mis mareas en curso.

º
Que al mar lo pises
es todo cuanto anhela,
te ofrece su agua.
Son de alcurnia marina
tus heráldicos pies.

º
Con el mar juegas
a que enjuague la arena
de tus empeines.
¿Eres de pies traviesos
o el mar me está mintiendo?

º
Te identifico
—docta en bellas pisadas—
por tu trayecto.
Tu pie al hollar la arena
también mi pecho oprime.

º
Ante tus pasos
la arena y yo nos vemos 
como rivales.
Tantas huellas en fila:
igual cifra de celos. 

º
Náutica dama
tiranizando olas;
ya es el momento.
Sobre tu altar caminas:
mi boca y sus riberas.





miércoles, 26 de agosto de 2015

El diablo estuvo primero



El diablo llegó primero; con su cola de víbora (fue su primer juguete) y sus cuernos de ceniza compacta. El humo a través de sus fosas nasales resultó ser una pedantería inofensiva. 
Su advenimiento puso en marcha la evolución y durante incontables eras tuvo que esperar, ahíto de abulia, hasta que surgimos.
Vino a enseñarnos a no menospreciar el recreo de la carne porque es un regalo del Universo y que la Vida debe ser jocunda no un martirio para almas tullidas. 
Supo cómo santiguarse mientras se rascaba las axilas. Siempre le gustaron los atajos, en especial los subterráneos que pese a todo, mantienen vínculo con las constelaciones. Dicen que esa membrana roja que lleva puesta es prestada; que es un perdedor: falló al tentar a Quetzalcóatl, Zoroastro, Buda y a Yeshua.
Las religiones le han atribuido argucias de profeta pestilente; lo han descrito como tenebroso apóstol de retórica salaz.
En su conducta no hay embustes teológicos: el placer sirve para ayuntarse con lo divino. Prefiere acortar las distancias del pecado con su miembro viril y aprender hábitos con los cuales hoy nos sobresaltamos. 
En el primer Concilio del Pandemonium dejó muy claro que la humanidad no tendría fe si no la obligaran a tenerla y que la vida terrena requería un enemigo, un villano: le ha tocado a él. Su séquito es leal y tiene infinidad de adeptos pero se siente solo, el pobrecito.
Y ahora que todo es obra de Dios uno se pregunta si el diablo decidirá marcharse montando una bestia marcada con el 666.

jueves, 20 de agosto de 2015

Soneto con lápiz labial



Señora, mucho gusto: soy la boca.
Vengo de parte del sujeto triste
que está junto a la barra. Pues me toca
presentarlos y ver —si Dios me asiste—
la posibilidad de mis servicios
en esta noche fresca que suscita
una alta propensión hacia los vicios
para lo cual soy lúbrica erudita.
El tipo —cuya risa mal reparto—
está como con un antojo abyecto
por sus labios, trastorno que comparto:
por su lápiz labial, mi predilecto.
¿Querría acompañarnos a una mesa
para tatuarnos con su luz de fresa?

miércoles, 19 de agosto de 2015

La hiena



—Niños, pues... la lección para este día
es la hiena, del can, atroz parienta;
habitante del África en jauría.
Fétida: de carroña se alimenta
incluso si la encuentra putrefacta.
Sólo una vez al año se aparea,
imita nuestra risa casi exacta...
¡Ea, niño!... ¿Captaste bien la idea?
—No, Maestra; la hiena es complicada
y todo me parece un disparate:
la puta vive en casa 'e la chingada,
nada más come mierda y de remate
sólo folla una vez con su pareja...
¿De qué se ríe entonces la pendeja?

lunes, 27 de julio de 2015

Yantar de Gesta 4 ( Reglas gastronómicas de Angelina Jolie)




º Nadie sabe con precisión qué cantidad significa "una pizca de sal".


º Los platillos —una vez cocinados y servidos– nunca lucen como los de la fotografía del recetario. Todas las fotos de los libros de cocina están más retocadas que una portada de la revista "Vogue".


º El hecho de cocinar una misma receta en dos sartenes distintas no se debe a problemas territoriales, sino a diferentes tiempos necesarios de cocción.

º Algunas chuletas deben someterse a un serio examen forense previo. En especial si se vive en Monterrey.

º Recordar siempre, que en algunos países, se considera de buen tono que el mantel de la mesa termine como el Sudario de Turín: con toda clase de manchas auténticas y apócrifas.

º Cuando se indique: "Hierva alrededor de medio litro de agua", no quiere decir que se ponga usted a dar vueltas en torno a la cazuela.

º La diferencia entre una cucharadita de sémola colmada o rasa es cuestión del pulso de la mano.

º Para hacer una buena pizza hay que dar a la masa, 53 volteretas en el aire (libre de aromas intrusivos), durante cinco minutos y trece segundos exactos.

º Todas las recetas de cocina deben terminar con una instrucción muy pertinente: "Servir".

º No se exija mucho en una cena formal. Lo más seguro es que para cuando usted tenga listo el menú, sus comensales ya estén borrachos.

º Si tiene problemas, acuda al restaurante más cercano.

º Por último, un proverbio materno: todos los frijoles se cuecen de modo diferente en cada casa.